No tienes tiempo para ir al gimnasio, está lloviendo o simplemente no te apetece salir? No hay problema: aún puedes quemar calorías, mantenerte activo y apoyar tu dieta… sin salir de casa.
Puede parecer una afirmación exagerada, incluso poco creíble, pero en los últimos años se ha redescubierto una posibilidad tan simple como efectiva: aprovechar los espacios de casa para moverse lo justo que el cuerpo necesita.
La estrategia conocida como walk at home es accesible para todos, gratuita y útil, porque permite aumentar el gasto calórico diario, sobre todo si se combina con una alimentación equilibrada.
Cualquier nutricionista o dietista recomienda aumentar la actividad física, pero si no es posible —por falta de tiempo, limitaciones físicas o simplemente pereza— caminar dentro de casa puede convertirse en un verdadero salvavidas.
Es ideal para personas mayores que no salen mucho, para quienes están en proceso de recuperación, y para mujeres embarazadas o en posparto que tienen poco tiempo y libertad de movimiento.
En este artículo veremos por qué este hábito, que a primera vista puede parecer banal, es en realidad una estrategia concreta para perder peso sin estrés.
Los efectos positivos del walk at home no se limitan a quemar calorías. También se ha demostrado que reduce el hambre emocional, esa que aparece cuando estamos en casa demasiado tiempo. ¿Cuántas veces hemos dicho “cuando estoy en casa me da más hambre”? Quienes trabajaron desde casa durante el confinamiento por COVID lo recuerdan bien: el sedentarismo y el acceso constante a la comida hicieron que muchos ganaran peso, a pesar del trabajo diario.
Otro punto a favor: no hace falta prepararse para esta actividad.
No necesitas vestirte con ropa deportiva, ni preparar una mochila, ni salir al tráfico. No se requieren equipos ni suscripciones.
Si caminas en casa después de comer, favoreces la digestión, evitas molestias como acidez o sensación de pesadez, y mejoras incluso la calidad del descanso.
Puedes hacerlo varias veces al día, y es justamente esta libertad lo que convierte esta práctica en algo apto para todos. Sin excusas.
Desde el punto de vista calórico, sin necesidad de seguir una dieta extrema, caminar unos 30 minutos al día permite quemar:
unas 120 kcal si pesas 60 kg,
unas 140 kcal si pesas 70 kg,
hasta 170 kcal si superas los 80 kg.
Un resultado nada despreciable, sobre todo para quienes llevan una vida más sedentaria.
El mayor obstáculo para mantener la rutina de walk at home es el aburrimiento. Por muy grande que sea la casa, puede resultar monótona. Pero hay maneras prácticas de evitarlo y hacer que el movimiento se vuelva parte de tu día a día.
Puedes seguir vídeos en YouTube diseñados especialmente para caminar en casa.
Algunos de los más recomendados:
Leslie Sansone, pionera del método,
Walk at Home Italia, con rutinas guiadas y dinámicas.
Otra opción es variar los pasos e incluir movimientos simples:
marcha en el sitio,
elevación de rodillas,
sentadillas pequeñas,
pasos laterales,
movimientos coordinados de brazos.
También puedes caminar mientras hablas por teléfono: con un amigo, un familiar o un compañero de trabajo.
Si trabajas desde casa, levántate cada hora durante 5 minutos para estirar las piernas y activar la circulación.
Y si quieres dar un paso más, considera usar una cinta de caminar plegable. Ocupan poco espacio, son silenciosas, y cada vez más económicas.
Caminar en casa no es una solución de segunda: es un hábito inteligente, sostenible y accesible para quemar calorías y apoyar cualquier tipo de dieta.
No necesitas horarios, ni buen clima, ni suscripciones.
Solo 5, 10 o 20 minutos al día pueden marcar la diferencia.
Y paso a paso, incluso sin salir de casa, puedes llegar muy lejos.
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