El café es un placer cotidiano, pero beberlo todos los días puede esconder riesgos que a menudo subestimamos. El cuerpo envía señales claras, solo hay que aprender a escucharlas.
Para muchos, el café es un ritual imprescindible: la taza de la mañana para despertarse, la de después de comer para retomar fuerzas, y a veces también por la tarde para resistir al cansancio. Es un gesto pequeño, pero tan arraigado en la rutina que parece inofensivo. En realidad, el consumo diario y repetido puede tener consecuencias que nuestro organismo trata de comunicarnos a través de síntomas y molestias que a menudo ignoramos. No significa tener que renunciar del todo a esta bebida, pero sí es importante conocer los 10 riesgos principales y entender cuándo el cuerpo nos está pidiendo una pausa.
Una de las señales más comunes es el insomnio: la cafeína estimula el sistema nervioso y puede dificultar conciliar el sueño o mantener un descanso profundo. Relacionada con esto está la ansiedad, porque un exceso de café aumenta la adrenalina y provoca nerviosismo y agitación. No hay que olvidar su efecto sobre la presión arterial, que tiende a elevarse inmediatamente después de consumirlo, especialmente en personas con predisposición a la hipertensión.
Muchos también notan acidez y reflujo, porque el café relaja el esfínter esofágico y facilita la subida de los jugos gástricos. En cambio, si se intenta dejarlo de golpe, aparecen los dolores de cabeza por abstinencia, un síntoma típico de la dependencia que se desarrolla de forma silenciosa. Otras señales pueden ser las palpitaciones o pequeños desajustes en el ritmo cardíaco, que aparecen con más facilidad en quienes beben más de tres tazas al día.
El café también influye en la digestión, estimulando la secreción gástrica y provocando a veces náuseas o calambres abdominales. Con el tiempo, el cuerpo desarrolla tolerancia, lo que lleva a aumentar las dosis para sentir el mismo efecto, reforzando así la dependencia. Tampoco hay que subestimar su impacto en el , ya que la cafeína puede elevar los niveles de cortisol, la hormona que regula las respuestas al estrés. Por último, varios estudios han evidenciado un vínculo entre el consumo excesivo de café y la reducción de la densidad ósea, sobre todo si la ingesta de calcio es baja.
Estos diez aspectos no deben asustar, sino invitar a reflexionar: si notas que tu cuerpo te envía señales de malestar, puede ser el momento adecuado para reducir las dosis o elegir alternativas más ligeras.
Mantener el labial en los labios durante todo el día es a menudo una quimera;…
Suave, cálido, aromático y con un toque crujiente que conquista: es el primer plato otoñal…
Entre las imperfecciones que suelen ser más evidentes y molestas se encuentran sin duda las…
Cuando el intestino está desordenado, basta con introducir los alimentos probióticos adecuados para sentirse más…
Charlène de Mónaco es una figura destacada en la realeza europea, conocida por su estilo…
Esponjoso, ligero y dulce en su justa medida: es el pastel que preparo cuando quiero…