Las burbujas pueden parecer inofensivas, pero los refrescos gaseosos son de los peores enemigos del reflujo, especialmente si se consumen por la noche.
Durante años pensé que el problema del reflujo dependía solo de ciertos alimentos, como los fritos o las salsas de tomate. Luego descubrí que la verdadera trampa, a menudo subestimada, son justamente las bebidas. No hablo solo del café, que todos conocen, sino de los refrescos gaseosos que muchos beben sin pensarlo en la cena o frente al televisor. Si sufres de reflujo, tomar una lata de cola o un refresco con gas después de cenar puede convertirse en una noche de insomnio, entre ardor y acidez.
El problema es doble. Por un lado, las burbujas aumentan la presión en el estómago, facilitando la subida de los jugos gástricos hacia el esófago. Por otro, muchas bebidas como la cola y los energy drinks contienen cafeína y azúcares, que relajan el esfínter esofágico inferior (EEI) y estimulan la secreción ácida. En la práctica, son una combinación perfecta para terminar el día con el peor ardor posible.
Un estudio publicado en el World Journal of Gastroenterology demostró que el consumo frecuente de bebidas gaseosas está asociado a un aumento significativo de los síntomas de reflujo gastroesofágico (ERGE). En un análisis realizado en más de 15.000 personas, quienes bebían refrescos regularmente presentaban casi el doble de riesgo de sufrir acidez en comparación con quienes los evitaban.
Beber refrescos durante el día ya puede resultar molesto, pero por la noche es aún más arriesgado. Después de cenar, el estómago está ocupado en la digestión y, una vez acostados, los jugos gástricos encuentran vía libre para subir hacia el esófago. Las burbujas empeoran aún más la situación, creando una presión interna que facilita el reflujo nocturno. Por eso muchas personas se despiertan en mitad de la noche con acidez o con sensación de ardor en la garganta.
No es necesario renunciar al placer de una bebida nocturna, basta con elegir alternativas más amigables con el estómago. Una infusión de hinojo o jengibre puede ayudar a la digestión, mientras que el agua natural a temperatura ambiente sigue siendo la opción más segura. Si realmente quieres algo fresco y con sabor, prueba agua natural con menta o pepino: refresca sin irritar el estómago.
Muchos creen que cambiar la versión del refresco – light, zero o sin cafeína – resuelve el problema. En realidad, incluso sin azúcares, las burbujas siguen siendo un factor de riesgo para el reflujo. Otro error común es beber refrescos a pequeños sorbos durante toda la noche: el efecto es aún peor porque el estómago permanece continuamente bajo presión.
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