A veces, el secreto para dormir bien no está en un suplemento ni en una nueva rutina, sino en una simple taza de infusión. Lo descubrí después de leer que Jennifer Aniston, símbolo de equilibrio y bienestar, tiene un pequeño ritual nocturno del que nunca prescinde: una bebida caliente y relajante antes de dormir.
Curiosa por comprobar si funcionaría también en mí, decidí probarla durante una semana. ¿El resultado? Un sueño más profundo, menos despertares nocturnos y una sensación de calma que hacía tiempo no sentía.
Jennifer Aniston ha contado en varias ocasiones que sufrió de insomnio, hasta que empezó a buscar soluciones naturales para mejorar la calidad de su descanso. Hoy, su secreto es una infusión calmante de manzanilla, lavanda y magnolia, que toma cada noche aproximadamente una hora antes de ir a la cama. Una costumbre sencilla pero poderosa: la manzanilla reduce la ansiedad y los niveles de cortisol, la lavanda relaja los músculos y la magnolia ayuda a regular la producción de melatonina, la hormona que controla el ciclo del sueño.
Su ritual incluye además desconectar de las pantallas después de la infusión, bajar la intensidad de las luces y dedicar unos minutos a estiramientos o respiración profunda. Una rutina que conecta cuerpo y mente, sin rigidez pero con la constancia que caracteriza a la actriz.
Comencé a beber la misma infusión cada noche, intentando recrear también el ambiente tranquilo que describe Jennifer. Sin móvil, con luz tenue y música suave. Ya la segunda noche noté algo sorprendente: el cuerpo se relajaba de forma automática, como si asociara esa taza caliente con el momento de desconexión. Mi sueño se volvió más regular y mi mente menos inquieta.
La semana siguiente, la diferencia era evidente. Me dormía en menos de veinte minutos y me despertaba con la sensación de haber descansado de verdad. La digestión era más ligera y la piel más luminosa: entendí que dormir bien también es una forma de belleza. Lo mejor es que no hacen falta fórmulas complicadas, solo constancia y un gesto de cuidado diario.
La combinación que elige Aniston tiene una lógica precisa. Las plantas de la infusión actúan en distintos niveles: manzanilla y lavanda calman el sistema nervioso, magnolia y melisa regulan el ritmo circadiano, y un toque de jengibre o canela mejora la digestión nocturna, reduciendo los despertares. Es una mezcla que trabaja en sinergia, ayudando al cuerpo a reconocer el descanso como algo natural y placentero.
Además, crear un pequeño ritual nocturno envía un mensaje claro al cerebro: es hora de ralentizar. No es solo la infusión la que actúa, sino el contexto de calma que se genera en torno a ese gesto. Es una invitación a la lentitud en un mundo que siempre corre.
Hoy, mi infusión nocturna se ha convertido en una cita fija. No solo duermo mejor, sino que he aprendido a recibir el final del día como un momento para recargarme, no para correr detrás de lo que no hice. Es un pequeño acto de amor propio, y ahora entiendo por qué Jennifer Aniston nunca se lo salta.
A veces, basta con una taza de infusión aromática para recordar que el bienestar empieza con gestos sencillos, y que dormir bien no es un lujo: es una forma de equilibrio profundo.
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