Una pasta cremosa, equilibrada y lista para llevar a cualquier parte: con quinoa, berenjenas a la plancha y atún, es la comida ideal incluso a dieta.
Si estás cansado de las típicas ensaladas tristes o de platos que te dejan con hambre a las dos horas, esta receta es la solución. Se trata de una pasta a base de quinoa (o pasta de quinoa), perfecta para quienes siguen una alimentación baja en carbohidratos pero necesitan algo sabroso, saciante y fácil de llevar al trabajo. El condimento es sencillo pero lleno de sabor: berenjenas a la plancha, atún al natural y una crema ligera de tomates secos que aporta un toque extra sin resultar pesada.
Es el plato ideal cuando quieres sentirte ligero pero también satisfecho. Lo preparas con antelación, se conserva bien fuera del frigorífico durante unas horas, no necesita calentarse y se presta a infinitas variaciones. ¿Lo mejor? Te hace llegar a la noche sin ganas de vaciar la máquina expendedora.
Esta receta está pensada para quienes buscan una comida para llevar realmente equilibrada: con proteínas (atún), fibra y verduras (berenjenas), grasas buenas (aceite de oliva virgen extra y tomates secos) y una base de pasta sin gluten y de bajo índice glucémico. La crema de tomates secos hecha con yogur griego es el truco que lo convierte en un plato más cremoso, saciante y con un sabor intenso pero limpio. Incluso puedes usarla como salsa para otros platos fríos o wraps proteicos.
(para 2 raciones)
120 g de pasta de quinoa (o mezcla quinoa-arroz)
1 berenjena mediana
1 lata de atún al natural (120 g escurrido)
2 cucharadas de yogur griego 0%
3-4 tomates secos en aceite escurridos
1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
Albahaca fresca al gusto
Sal y pimienta al gusto
Zumo de limón (opcional)
Cuece la pasta de quinoa siguiendo las indicaciones del envase, escúrrela y enfríala bajo agua fría para detener la cocción. Resérvala.
Corta la berenjena en dados y ásala en una sartén antiadherente bien caliente, sin añadir aceite. Sala ligeramente y cocina hasta que esté dorada.
Prepara la crema: tritura los tomates secos con el yogur griego y una cucharadita de aceite de oliva. Añade un poco de agua o zumo de limón si prefieres una consistencia más ligera.
En un cuenco mezcla la pasta, el atún escurrido y desmenuzado, la berenjena y la crema. Remueve bien.
Termina con albahaca fresca picada y un toque de pimienta. Guarda en la nevera hasta el momento de llevarla contigo.
Puedes usar también pasta de lentejas o arroz integral para variar, o sustituir el atún por salmón ahumado o caballa. Si te gusta un sabor más intenso, añade un poco de pimentón ahumado o ralladura de limón. La crema de tomates secos puedes prepararla en mayor cantidad y conservarla 2-3 días en la nevera.
No cuezas demasiado la pasta de quinoa: tiende a ablandarse si se pasa de cocción. Las berenjenas deben asarse bien, sin quedar aguadas. Y no abuses de los tomates secos: son sabrosos, pero en exceso pueden cubrir todo el sabor. Recuerda también enfriar bien la pasta si vas a llevarla fuera de casa.
Unas 370-400 kcal por ración, con un buen equilibrio entre carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables.
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