La sudoración es uno de los síntomas inequívocos de hacer ejercicio. Pero, ¿realmente es necesario? Te lo contamos
Seguro que alguna vez has terminado una larga e intensa rutina de gimnasio y has tenido que frotarte los ojos o incluso que apretarlos debido a las gotas de sudor que se han filtrado en su interior. La toalla que has llevado y cuya tenencia es de obligado cumplimiento en la normativa de las instalaciones deportivas parece un trapo mojado del que podrían escurrirse litros de sudor. ¿A qué se debe esta cantidad? Y, sobre todo, ¿es indicativo de que quemamos calorías y de un buen rendimiento deportivo?
El sudor es una reacción natural del cuerpo, cosa que muchas veces olvidamos. Estos e debe a que el sudor está asociado en el plano social con el mal olor, con una higiene deficiente y con unos horrorosos «champiñones» que afloran en nuestras axilas, oscureciendo las camisetas en esta zona y aportando una sensación desagradable de suciedad. Nada más lejos e la realidad.
Sudar no es más que un indicativo de que, a la hora de hacer ejercicio nuestro cuerpo trata de regular automáticamente la temperatura corporal para evitar que el cerebro se sobrecaliente. Al sudar, el cuerpo se enfría con objeto de ventilar el organismo y sudar en exceso podría ser síntoma de perder mucha agua y electrolitos, por lo que resulta extremadamente conveniente comenzar a hidratarse de forma adecuada al menos un par de horas antes de la rutina de gimnasio para evitar empeorar el rendimiento. Además, es recomendable tomar una ducha caliente después de una sudoración fuerte con objeto de restablecer la temperatura corporal. De igual manera, no debes preocuparte si no sudad mucho o si sudas poco, pues esto no tiene por qué ser indicativo de un mal desempeño en el ejercicio físico.
A pesar de todo, sudar tiene sus beneficios en lo que se refiere al rendimiento deportivo. Al sudar el cuerpo libera una sustancia llamada dermidicina, una sustancia protectora que salvaguarda la piel de capas de bacterias y virus.
Finalmente, la sudoración produce un curioso efecto placebo. El sudor está asociado con el esfuerzo y con estar realizando la rutina correctamente. Esta sensación de progreso produce una liberación de endorfinas. Las endorfinas son sustancias que se generan en el cerebro y que producen algunas sensaciones que podemos vincular con la felicidad, la euforia y la tranquilidad.
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