El verano está en pleno apogeo y mucha gente se va de vacaciones. Pero incluso estando de vacaciones, es importante ser consciente de los daños que puede causar el calor.
Humanitas Gavazzeri insta a todos a tener cuidado con las infecciones de la piel, especialmente en los niños, durante estos meses en los que el calor se siente y puede provocar molestias.
Las infecciones cutáneas son más comunes durante el verano, favorecidas por el clima cálido y húmedo y la mayor exposición al aire libre. Este aumento de problemas cutáneos afecta especialmente a los niños, desde su nacimiento hasta los 14 años. La Dra. Marzia Baldi, dermatóloga de Humanitas Gavazzeni, Bérgamo, ofrece valiosos consejos sobre cómo manejar estas afecciones.
Cuando la piel de los niños pequeños se ve afectada por lesiones como pequeñas heridas, rasguños o picaduras de insectos, estas pueden convertirse en puntos de entrada para gérmenes, bacterias o virus. Es fundamental recopilar información detallada sobre la lesión: cuándo apareció, cuánto tiempo ha persistido, cómo ha evolucionado y la presencia de síntomas asociados, como fiebre, dolor o picazón. También deben considerarse los factores que pueden haber contribuido a la infección, como la ingesta de medicamentos o la exposición solar. Esta información es crucial para un diagnóstico preciso y un tratamiento específico.
Las causas más comunes de infecciones cutáneas en verano son variadas. Las infecciones bacterianas son las más comunes; el impétigo, en particular, representa aproximadamente el 10 % de todos los problemas cutáneos pediátricos y se agrava al jugar con arena. A continuación, se encuentran las infecciones fúngicas, causadas por hongos, que pueden afectar diversas zonas del cuerpo, como el cuero cabelludo y la piel sin pelo. Finalmente, las verrugas cutáneas, de origen vírico, afectan entre el 5 % y el 10 % de la población, especialmente a quienes frecuentan espacios públicos como piscinas o duchas. Aunque el 50 % de las verrugas desaparecen espontáneamente en dos años, si no se tratan, pueden propagarse.
El verano también conlleva el riesgo de infecciones por picaduras o mordeduras de animales. En la playa, las picaduras de medusa causan ardor intenso, picazón, enrojecimiento, hinchazón y, a veces, ampollas. Los peces araña, pequeños peces que pueden esconderse bajo la arena, abren sus espinas al ser pisados e inyectan una toxina que causa un dolor intenso y prolongado, además de enrojecimiento e hinchazón. En caso de picadura de medusa, desinfecte con agua de mar y bicarbonato de sodio, y luego aplique un gel de cloruro de aluminio. En caso de picadura de medusa, sumerja inmediatamente la zona afectada (generalmente el pie) en agua muy caliente o bajo arena caliente, ya que la toxina es sensible al calor y este reduce su efecto.
En la montaña, al hacer senderismo, es fundamental tener cuidado con las víboras. Se recomienda golpear el suelo con un palo para ahuyentarlas y llevar siempre zapatos de tacón alto, calcetines y pantalones largos adecuados. Las víboras solo muerden si se sienten amenazadas. En caso de picadura, es fundamental calmar a la persona, evitar la propagación del veneno comprimiendo o vendando la zona afectada y acudir inmediatamente al centro médico más cercano.
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