Luis Enrique, entrenador del París Saint Germain, viene de conseguir el triunfo en la Champions League ante el Inter, una confirmación de su gran talento.
El entrenador español y gran estrella del fútbol es considerado un ejemplo dentro y fuera del campo, y nunca pierde la oportunidad de compartir sus reflexiones, fuente de gran inspiración, especialmente tras la trágica pérdida de su pequeña hija Xana, a quien dedicó la labor de una fundación.
El entrenador del PSG se sinceró sobre sí mismo en la docuserie que le dedicó Movistar Plus, revelando los entresijos de su vida y sus éxitos. En esta ocasión, el entrenador español compartió una actividad que practica y que le ha ayudado mucho.
«Llevo un año haciendo grounding y ya no tengo alergias ni resfriados», explicó Luis Enrique, considerando esta actividad como un verdadero estilo de vida. El grounding es muy apreciado por su sencillez y por ser una fuente de bienestar al alcance de todos. Esta antigua práctica consiste en caminar descalzo sobre superficies naturales como el césped o la arena, lo que ayuda a reconectar con la energía de la Tierra para contrarrestar los efectos del estrés, la fatiga y las interferencias electromagnéticas de los dispositivos electrónicos.
El grounding, también llamado arraigamiento, es una técnica psicológica y somática que se utiliza para reconectar con el momento presente y con el cuerpo, especialmente cuando nos sentimos abrumados por el estrés, la ansiedad, emociones intensas o pensamientos intrusivos. El objetivo es desviar la atención de la mente a los sentidos, a la realidad física que nos rodea, para encontrar una sensación de estabilidad, seguridad y control.
Las técnicas de enraizamiento se basan en el uso consciente de nuestros cinco sentidos para interactuar con el entorno. La idea es centrarse en los estímulos externos que nos ayudan a desviar la atención de los estados internos de incomodidad. Practicar el enraizamiento con regularidad puede aportar numerosos beneficios:
Reducción del estrés y la ansiedad: ayuda a interrumpir los ciclos de pensamiento negativo.
Mejor regulación emocional: permite gestionar mejor las reacciones ante situaciones difíciles.
Mayor consciencia: nos hace más presentes y conectados con nuestro cuerpo y el entorno.
Mayor resiliencia: desarrolla la capacidad de afrontar los retos con mayor calma y claridad.
La conexión a tierra es una práctica que se puede aprender y mejorar con la práctica. No requiere equipo especial ni un entorno específico, lo que la hace accesible en cualquier momento y lugar donde te sientas abrumado. Es una herramienta poderosa para recuperar la conexión a tierra y el presente en tu vida.
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