Un plato único, rústico pero lleno de sabor, perfecto para finales de verano. La versión ligera de la célebre ensalada campera de Alberto Chicote, con menos aceite y más frescura.
Si hay un plato que en España hace pensar de inmediato en el verano, ese es la ensalada campera: una ensalada campesina a base de patatas, atún, tomates, huevos y verduras frescas, aliñada con una vinagreta sabrosa. El chef Alberto Chicote, conocido por su estilo directo y sabroso, suele proponer una versión llena de carácter y autenticidad. Pero esta receta también tiene un enorme potencial en clave más ligera. Con solo algunos ajustes, el plato sigue siendo completo, satisfactorio y apto incluso para quienes cuidan la línea.
Septiembre es el momento perfecto para prepararla: los tomates siguen siendo dulces y jugosos, abundan los pimientos, y los días cálidos invitan aún a platos frescos pero nutritivos. Con algunas modificaciones, menos aceite, batatas en lugar de patatas clásicas y atún al natural— se transforma en una ensalada rica en sabor y bien equilibrada, que puedes llevar al trabajo, servir en un almuerzo rápido o disfrutar como cena ligera.
La clave de esta ensalada es el equilibrio: carbohidratos complejos, proteínas ligeras, fibra y grasas buenas, todo en un solo plato. Con ingredientes sencillos y fáciles de encontrar, puedes preparar una receta completa en menos de 30 minutos. También es excelente para aprovechar patatas o verduras ya cocidas y transformarlas en algo nuevo. ¿El resultado? Un plato práctico, saciante y perfecto incluso a dieta, sin perder el alma de la receta original española.
(para 2 raciones abundantes)
2 batatas pequeñas (o 1 patata clásica)
100 g de atún al natural (escurrido)
1 huevo duro
1 tomate maduro grande (o 2 medianos)
½ pimiento rojo
½ pimiento verde
¼ de cebolla morada
Aceitunas negras sin hueso (opcionales, máx. 6-8)
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de vinagre de manzana o de vino blanco
Sal y pimienta al gusto
Perejil fresco (opcional)
Cuece las batatas al vapor o hiérvelas con piel hasta que estén tiernas pero firmes. Déjalas templar, luego pélalas y córtalas en cubos.
Cuece el huevo durante 8-9 minutos en agua hirviendo, enfríalo en agua fría y pélalo.
Lava y corta en dados los tomates, los pimientos y la cebolla.
En un cuenco grande, mezcla las batatas, el atún desmenuzado, las verduras picadas, el huevo en gajos y, si lo deseas, las aceitunas.
Prepara el aliño: emulsiona el aceite con el vinagre, una pizca de sal y pimienta. Vierte sobre la ensalada y mezcla con suavidad.
Deja reposar 10 minutos en la nevera antes de servir, para que se integren los sabores. Completa con perejil fresco picado.
Puedes sustituir las batatas por patatas clásicas o incluso por pepinos crudos para una versión aún más fresca. Si prefieres una proteína vegetal, prueba con garbanzos cocidos en lugar de atún. Para un toque aromático, añade al aliño albahaca fresca, orégano o pimentón dulce. Esta ensalada también está buenísima al día siguiente: puedes prepararla con antelación y guardarla en la nevera hasta 24 horas.
No cortes las verduras con demasiada antelación: el tomate tiende a soltar agua. Evita mezclar demasiado después de añadir el huevo, que se deshace fácilmente. Y cuidado con el aceite: aunque sea virgen extra y de calidad, la cantidad marca la diferencia. Basta con una cucharada bien emulsionada para aliñar todo con sabor.
Unas 320-350 kcal por ración, según el tipo de patata utilizada y la cantidad de atún y aceite.
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