Una piadina ligera y sabrosa que puedes comer incluso a dieta: claras, ricotta y calabacines para una merienda salada sana, deliciosa y saciante.
Si buscas un tentempié diferente, que no pese pero que te dé verdadera satisfacción, esta receta es para ti. Las mini piadinas de claras son una base súper ligera, rica en proteínas y sin harina, perfecta para rellenar de mil maneras. Aquí las proponemos con una crema de ricotta al limón y calabacines a la plancha, para un efecto cremoso y crujiente al mismo tiempo. Una merienda salada con aire de bistrot, pero que se prepara en casa en pocos minutos, incluso con lo que ya tienes en la nevera.
Es ideal para la vuelta de las vacaciones, cuando quieres retomar la rutina sin platos tristes. Y también puedes disfrutarla como comida ligera o cena rápida, acompañada de una ensalada fresca o unos tomates cherry. Lo mejor es que se adapta a tus gustos y necesidades: puedes enriquecerla, aligerarla aún más o transformarla en versión dulce. Pero una cosa es segura: no echarás de menos la piadina clásica.
Las piadinas de claras no son una moda de gimnasio: son una solución práctica, versátil y saciante. Con poquísimos ingredientes —solo claras y una pizca de sal— obtienes una especie de wrap fino, sin gluten, sin grasas y lleno de proteínas. En esta versión, las combinamos con una crema de ricotta fresca aromatizada con ralladura de limón y con calabacines a la plancha, que en esta época están dulcísimos y de temporada. El contraste entre el calor de la piadina y la frescura de la crema las convierte en una comida rápida pero llena de sabor.
(para 2 mini piadinas)
150 ml de claras de huevo
100 g de ricotta magra
1 calabacín mediano
Ralladura de medio limón
Sal y pimienta al gusto
Hierbas aromáticas al gusto (menta, albahaca, perejil)
Aceite de oliva virgen extra (media cucharadita para la sartén)
Asa el calabacín: lávalo, córtalo en rodajas o tiras finas y cocínalo en una plancha caliente o sartén antiadherente sin aceite, hasta que esté bien dorado. Sala ligeramente y reserva.
Prepara la crema de ricotta: en un cuenco mezcla la ricotta con sal, pimienta, ralladura de limón y, si quieres, hierbas aromáticas picadas.
Cocina las piadinas: calienta una sartén antiadherente ligeramente engrasada. Vierte la mitad de las claras distribuyéndolas como si fueran una crêpe. Cocina a fuego medio unos 2 minutos, gira y cocina 30 segundos más. Repite con la segunda.
Monta: unta la crema de ricotta sobre la piadina, añade los calabacines, dobla o enrolla y disfruta enseguida.
Puedes añadir una proteína extra como pechuga de pavo, atún escurrido o hummus ligero. Si quieres una versión dulce, cambia el relleno por ricotta, ralladura de limón y frutos rojos o melocotón en rodajas. También puedes preparar varias piadinas y guardarlas en la nevera separadas con papel vegetal: se conservan bien durante 2 días.
No uses sartenes demasiado grandes o de fondo fino: la piadina puede quemarse o no cocerse bien. No exageres con el limón: debe aromatizar, no cubrir el sabor. Y no te saltes el paso de asar los calabacines: si los pones crudos soltarán agua y la piadina quedará blanda.
Unas 180-200 kcal por piadina, según la cantidad de ricotta y el aceite usado.
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