El Ministerio de Sanidad lanza un nuevo plan con las diez recomendaciones más importantes para combatir el calor
Las olas de calor son cada vez más frecuentes en España durante el verano y es fundamental seguir una serie recomendaciones para evitar disgustos. Y es que la exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, insolaciones, deshidrataciones, golpes de calor… Cabe recordar, además, que las personas mayores y los niños son quienes más pueden verse afectados por la canícula que en estos últimos días ha sido protagonista en muchos lugares, donde los termómetros se han disparado hasta niveles insólitos.
Recientemente, en algunas zonas del suroeste y del sur del país se han alcanzado los 45°C. Y la Agencia Espacial Europea ha anunciado este jueves que la ola de calor extremo que ya está afectando a numerosas regiones de España, Portugal e Italia podría traer consigo en los próximos días temperaturas inverosímiles de hasta 48°C, lo que supondría todo récord histórico. Unos registros sorprendentes que se expanden por el resto del mundo; cabe recordar que el 3 y el 4 de julio fueron los días de más calor en el conjunto del planeta desde que existen registros.
Este año, como cada verano, el Ministerio de Sanidad ha lanzado su nuevo plan de prevención de los efectos de las altas temperaturas. En él se recoge las principales recomendaciones para hacer frente a las peligrosas olas de calor típicas de este período. El consejo más elemental es, evidentemente, mantenerse hidratado. Beber agua asiduamente es fundamental para combatir la canícula; así como no abusar de las bebidas con cafeína, ni de los refrescos azucarados, y, por supuesto, evitar el alcohol, que favorece la deshidratación.
La alimentación también es clave. Hay que rehuir de las grandes comilonas y escoger platos ligeros que ayuden, además, en la hidratación. Se recomienda la ingesta de frutas, ensaladas y sopas frías como el gazpacho o el salmorejo. Protegerse del sol es otro consejo trascendental. Se ha de procurar permanecer en zonas de sombra y lugares climatizados, sin exponerse a los rigores caniculares y evitando la actividad física, sobre todo en las horas centrales el día. Si estar al sol se hace inevitable, es importante protegerse con crema solar; incluido si se opta por disfrutar de la piscina o la playa.
Otra recomendación es escoger la vestimenta adecuada. Preferiblemente, se sugiere ropa holgada, ligera y transpirable. Se debe prestar atención también a la buena climatización de los vehículos, ya que un calor excesivo puede provocar somnolencia y, por consiguiente, accidentes. Como se ha mencionado al inicio del artículo, hay que estar atentos a los grupos de riesgo (ancianos, niños, enfermos…). Y, por supuesto, no dejar a nadie, ni personas ni animales, encerrados, ya que en pocos minutos puede haber un aumento fatal de las temperaturas. Finalmente, es imprescindible conservar las medicinas en lugares frescos, donde no les afecte el calor, y acudir de inmediato al médico ante la aparición de síntomas que puedan estar relacionados con la canícula como piel enrojecida, sequedad, pulso débil o acelerado, confusión, náuseas, dolor de cabeza o malestar general.
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