Caminar por la playa es un verdadero placer para el cuerpo y la mente. Aprovecharlo durante el verano es importante.
Caminar es una actividad física ligera y accesible, recomendada desde hace tiempo por sus importantes beneficios para la salud en general. Los expertos explican que tan solo 20 minutos al día son suficientes para mejorar la vitalidad y la longevidad, pero los beneficios se multiplican si se camina por la playa, descalzo o no, aprovechando el entorno marino y el contacto directo con la arena. Esta sencilla práctica ofrece un entrenamiento completo y equilibrado, con innumerables beneficios físicos y psicológicos.
Especialistas de Jesolo Medicale Care compartieron consejos sobre cómo disfrutar de los paseos por la playa y los principales beneficios para la salud de esta actividad. Aquí te explicamos por qué deberías practicarlos.
Tonificación muscular: Las estocadas en arena requieren un esfuerzo extra para impulsarse, fortaleciendo los músculos, las articulaciones y los tendones de los pies y los tobillos, además de involucrar todos los músculos del cuerpo.
Mayor quema de calorías: caminar sobre arena requiere más energía que las superficies duras, lo que quema más calorías y favorece la pérdida de peso.
Protección y estimulación articular: Al contrario de lo que se podría pensar, la arena amortigua el impacto, protegiendo las articulaciones y fortaleciendo tobillos y rodillas, previniendo lesiones.
Entrenamiento cardiovascular: Puedes integrar ejercicios cardiovasculares de bajo impacto, beneficiándote de la estimulación cardíaca en un entorno abierto y relajante.
Mejora el estado de ánimo: caminar sobre la arena tiene un efecto rejuvenecedor en la mente y el espíritu, aumentando la energía, la motivación y la autoestima.
Regeneración del pie: Caminar descalzo sobre la arena permite que los pies respiren, evitando dolores y deformidades que muchas veces produce un calzado incómodo.
Contrarresta la hinchazón y la pesadez: Caminar estimula el retorno venoso, aliviando la hinchazón, la fatiga y la pesadez, especialmente en quienes sufren problemas de circulación.
Mejora el equilibrio: el movimiento en la arena actúa como un ejercicio reeducativo, mejorando el equilibrio y la estabilidad, especialmente útil a medida que envejecemos.
Prevención de infecciones: Caminar por la orilla, donde el agua del mar en contacto con los rayos del sol actúa como desinfectante natural, ayuda a prevenir micosis y verrugas.
Para maximizar los beneficios, se recomienda comenzar en una superficie firme, calentando en la orilla y, si usa calzado, que sea adecuado. Sin embargo, los expertos recomiendan caminar siempre descalzo para disfrutar del contacto directo con la arena mojada. Empiece con caminatas cortas y aumente gradualmente la duración para prevenir la fatiga. Beba abundante agua, aplique siempre protector solar y use un podómetro para controlar su progreso.
Más allá de los beneficios físicos, caminar por la playa tiene un profundo efecto terapéutico en la mente. Ayuda a liberarse de pensamientos negativos, estrés y ansiedad. La calidez de la arena bajo los pies es relajante, y la oportunidad de conocer a otras personas estimula las conexiones sociales. Compartir esta actividad con la pareja, amigos o familiares aumenta la sensación de bienestar, aliviando la tensión y fomentando la serenidad.
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