Olvida los smoothies perfectos y los desayunos de revista: Bella Hadid tiene una relación con la comida mucho más real de lo que parece. Entre sesiones de fotos, viajes y entrenamientos, la modelo ha aprendido a comer con equilibrio, escuchando a su cuerpo más que a las reglas.
En su vida cotidiana, Bella alterna momentos de disciplina con otros más espontáneos. Sus mañanas empiezan casi siempre con un desayuno proteico: huevos, aguacate y pan integral para mantener la energía y la concentración. Evita el azúcar, pero no renuncia al café: es su pequeño placer diario. A la hora del almuerzo prefiere platos sencillos —pollo a la parrilla, verduras, arroz o pasta integral— y no le dice que no a un buen sándwich si el día se complica. “Me gusta comer de verdad, no fingir”, declaró en una entrevista.
Bella no cree en las dietas extremas: su secreto es mantener una rutina constante y flexible, incluso cuando viaja o tiene jornadas interminables de trabajo. En lugar de seguir reglas estrictas, escucha las señales de su cuerpo y adapta sus comidas a lo que realmente necesita cada día. Si siente cansancio, opta por alimentos ricos en magnesio o hierro; si necesita energía rápida, añade frutas frescas o un batido de proteínas.
Bebe mucha agua a lo largo del día, no solo para hidratarse, sino también para favorecer la digestión y la eliminación de toxinas. Suele acompañarla con infusiones de hierbas o agua con limón, una costumbre que mantiene incluso durante los viajes. Entre comidas, prefiere tentempiés nutritivos como hummus con bastones de verduras, frutos secos o yogur natural con semillas, que le permiten mantener estable el nivel de azúcar en sangre y evitar los antojos.
A diferencia de muchas modelos, Bella no teme a los carbohidratos: los elige con inteligencia. En su plato nunca faltan los cereales integrales, las proteínas magras y las grasas saludables procedentes del aguacate, el aceite de oliva o el salmón. De esta forma, consigue una energía duradera sin sentirse pesada ni privada. Y cuando le apetece una pizza o un postre, se lo permite sin culpa, porque entiende que el equilibrio también es emocional.
Para ella, la verdadera disciplina no está en prohibirse cosas, sino en mantener un estilo de vida coherente y sostenible, en el que el placer y el bienestar pueden convivir en armonía.
Su enfoque se puede adaptar fácilmente a la vida diaria de cualquiera. La clave está en preparar comidas simples pero completas: un desayuno salado, un tentempié con yogur o semillas, un almuerzo equilibrado y una cena ligera. Bella también disfruta cocinando: suele preparar bowls con quinoa, salmón, aguacate y verduras, un plato rico pero ligero. Su lema es claro: “No privarse, sino elegir bien”.
Imitar la alimentación de una modelo puede ser engañoso si no se tiene en cuenta el contexto. Bella Hadid se entrena todos los días y sigue un plan diseñado para su ritmo de vida intenso. Evita copiar las cantidades o los ayunos, y céntrate en su verdadero equilibrio: sin extremos, solo constancia. Otro error frecuente es pensar que la forma física depende solo de la comida. En su caso, el sueño, la meditación y la respiración consciente son igual de importantes para mantener el bienestar.
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