Son muchas las personas que se despiertan con el hambre: aqui los remedios para romper el ciclo de esta síndrome.
A muchas personas les sucede que durante la noche se despiertan con hambre y para saciarla se ven obligadas a levantarse, tomar un refrigerio y luego volver a la cama a descansar. Esto es lo que es y cómo tratar esta verdadera síndrome.

Se llama Síndrome de Ingestión Nocturna (NES) y es un trastorno alimentario poco conocido que va más allá del simple «hambre nocturna» o un mal hábito. Se caracteriza por un patrón de alimentación anormal que implica comer poco durante el día y una ingesta calórica significativa durante la tarde y la noche, a menudo entre las 2 y las 4 de la madrugada.
De la nevera a la cama: consejos para romper el ciclo
El Dr. Francesco Tata, nutricionista, explicó a la revista GQ que este comportamiento compulsivo puede perturbar el sueño, la salud mental y la calidad de vida. A diferencia del hambre fisiológica, que es gradual y desaparece al comer, el hambre emocional que impulsa el NES es repentino, urgente y se centra en alimentos específicos, generando una sensación de insatisfacción y culpa.
Factores fisiológicos y psicológicos contribuyen al NES: el estrés crónico eleva el cortisol, intensificando el hambre y el deseo de «comida reconfortante». La falta de sueño altera las hormonas leptina (saciedad) y grelina (hambre), creando un ambiente propicio para la alimentación disfuncional. Un estudio sugiere que el «temporizador del hambre» circadiano podría estar más desequilibrado en hombres, aunque las mujeres pueden experimentar un mayor hambre emocional ligada a relaciones interpersonales e imagen corporal.

Las elecciones alimentarias también juegan un papel crucial. Los alimentos con alto índice glucémico provocan picos de insulina seguidos de caídas de azúcar en sangre, reactivando el hambre durante la noche (al lugar que esperar por el horario del desayuno). Se recomienda evitar carbohidratos refinados, alimentos salados, alcohol y especias picantes, y optar por verduras, cereales integrales, yogur griego, huevos, legumbres, aguacate, semillas y frutos secos, que favorecen la saciedad y contienen precursores de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo y el sueño.
Superar el NES requiere un enfoque multidisciplinario que va más allá de la dieta. Estrategias prácticas incluyen una cena equilibrada consumida 2-3 horas antes de dormir, mantener horarios de comida regulares, crear una rutina de relajación nocturna y, si es necesario, optar por «snacks inteligentes» como yogur con frutos rojos o un huevo duro. Sin embargo, la terapia cognitivo-conductual, el apoyo dietético, intervenciones en el estilo de vida e incluso la terapia de luz brillante pueden ser necesarios para abordar los desencadenantes emocionales, mejorar el sueño y restablecer el ritmo circadiano. Reconocer las señales de advertencia como la interferencia del hambre con el sueño, la culpa, el impacto en la vida social y el uso de la comida para calmar emociones es crucial para buscar ayuda profesional y romper el círculo vicioso del NES.