Una alimentación correcta es un pilar fundamental para la prevención y el mantenimiento de nuestra salud. Una dieta balanceada, rica en nutrientes esenciales, apoya el metabolismo y la energía mental, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades crónicas, metabólicas y cardiovasculares, además de reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer. Combinar una buena alimentación con actividad física regular es la clave para un bienestar duradero.

Una dieta sana también tiene también un impacto positivo en la gestión de las finanzas personales y en la sostenibilidad ambiental. Comer bien a menudo significa reducir los desperdicios y los gastos. La sostenibilidad, un tema crucial para el futuro, se refleja en hábitos alimentarios que protegen la salud, reducen la cadena de producción, respetan a los trabajadores y generan un ahorro económico.
Frutas, verduras y menos carne: los consejos de los especialistas
Los dietistas de Humanitas sugieren centrarse en frutas y verduras de temporada y reducir el consumo de carne: comprar productos de kilómetro cero que respetan su ciclo natural no solo reduce el impacto ambiental, sino que también garantiza alimentos más sabrosos, nutritivos y libres de productos químicos. Un hábito simple, como consultar un calendario alimentario, puede marcar la diferencia.
Reducir el consumo de carne roja es otro paso significativo para proteger el medio ambiente, dado el alto consumo de agua y forraje en la ganadería intensiva. La carne roja, si no es de buena calidad, a menudo es rica en grasas saturadas que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Para el aporte de proteínas, es preferible optar por alternativas vegetales como legumbres, tofu, seitán y productos a base de vegetales, que también son más económicos.

Para mantener bajo control tanto la dieta como los gastos, la planificación de las compras y la lucha contra el desperdicio son esenciales. Crear una planificación semanal ayuda a equilibrar las comidas y a mantener una ingesta equilibrada de macronutrientes y micronutrientes. Este método también previene la compra de alimentos en exceso que podrían echarse a perder. Si compras más de lo necesario, siempre es útil recordar que la mayoría de los alimentos pueden ser congelados.
Otra opción para reducir el desperdicio y el consumo de plástico es comprar productos a granel. Este tipo de compra es cada vez más común en supermercados y tiendas especializadas. Si, a pesar de todo, hay sobras, la regla de oro es tratar de reutilizarlas para otra comida.
El consejo más simple y completo es preparar las comidas en casa: cocinar lo que has elegido y comprado conscientemente te permite tener un control total sobre la calidad de lo que comes, reduciendo también el gasto en comidas preparadas, restaurantes y comedores.