¿Cuál es la mejor opción entre los frutos del bosque frescos y los congelados? No es tan simple como parece.

Aunque muchos piensan que los frutos frescos son siempre la opción más nutritiva, la verdad es que ambos tienen ventajas dependiendo de la temporada, la maduración y la forma de consumo.
Fresco vs. congelado: la perspectiva nutricional
Una vez cosechados, los frutos del bosque empiezan a perder agua y nutrientes. Su vida es una carrera contra el tiempo. Los frutos frescos destinados a los supermercados se cosechan a menudo antes de su plena maduración para que resistan mejor el transporte y el almacenamiento. Esta cosecha prematura puede suponer una pérdida significativa de nutrientes y sabor.
Por el contrario, los frutos destinados a la congelación se recogen al 100% de maduración y se congelan casi de inmediato. Este proceso «congela» los nutrientes, manteniendo intactos los antioxidantes y los polifenoles.

La «batalla» entre los frutos frescos y los congelados depende mucho de su origen y del periodo de consumo.
Frutos del bosque frescos: Si son de temporada y locales, son la mejor opción. Se recogen en el punto justo de maduración y se consumen en pocos días, lo que maximiza su valor nutricional.
Frutos del bosque importados: Los que llegan en invierno a menudo tienen una maduración incompleta y un almacenamiento más largo, lo que provoca una pérdida gradual de nutrientes.
Frutos del bosque congelados: Mantienen la mayoría de sus nutrientes desde el día de la cosecha, independientemente de la temporada. Son una excelente alternativa durante todo el año.
La elección no se basa solo en los nutrientes:
Textura: Los frutos del bosque congelados, una vez descongelados, tienden a volverse blandos. Esto los hace perfectos para batidos, salsas o postres, pero menos adecuados para adornar una macedonia o una ensalada.
Coste: Los frutos del bosque frescos suelen ser más caros debido a su corta vida útil. Los congelados son generalmente más económicos.
Sostenibilidad: Aunque la congelación requiere energía, el uso de frutos congelados, especialmente si provienen de cosechas en exceso, reduce el desperdicio.
Para obtener el máximo valor nutricional y de sabor, los expertos aconsejan seguir la estacionalidad: disfruta de los frutos frescos y locales cuando estén en temporada y utiliza los congelados durante el resto del año. De este modo, podrás beneficiarte de todas sus propiedades en cualquier momento.