El verano ya ha comenzado y muchos ya están de vacaciones. Quienes disfrutan del sol suelen usar camas solares antes de salir.

Muchas personas tienen la costumbre de usar camas o lámparas de bronceado antes de irse de vacaciones o al empezar a tomar el sol durante el verano, con la esperanza de «preparar» su piel. Pero ¿es cierto?
Lámparas bronceadoras: ¿realmente preparan tu piel para el sol?
Los expertos llevan años enfatizando la importancia de tener cuidado al tomar el sol, no solo para evitar quemaduras solares, sino también problemas de salud más graves. Pero al ir de vacaciones, ¿es realmente útil usar primero las camas solares? La Fundación Veronesi da la respuesta, publicando la opinión de Enzo Berardesca, director del departamento de dermatología inflamatoria e inmunoinfecciosa del Instituto Dermatológico San Gallicano de Roma.
Hoy en día, la comunidad científica estudia no sólo los riesgos inducidos por los fatídicos rayos ultravioleta (los UVA y UVB son los más implicados en el desarrollo de tumores), sino también los efectos a largo plazo de la luz visible, que aparentemente no provoca ningún eritema ni daño perceptible.

En cuanto a los efectos sobre la piel de las lámparas, camas solares o cabinas de bronceado, en primer lugar pueden variar según el tipo y sobre todo de individuo a individuo, pero hay un concepto básico que aclara el experto: «El concepto de «poco es bueno, mucho es malo» es incompatible con las camas solares o camas de bronceado. Incluso una sola cama solar al año expone la piel a un riesgo, aunque mínimo. Inducir el bronceado significa someter la piel a una agresión a la que responde, como defensa, con un aumento de la pigmentación. Es decir, el bronceado típico del bronceado. Si bien es cierto que una o varias camas solares por sí solas no pueden ser responsables del posible desarrollo de cáncer de piel, es mejor evitarlas.
El dermatólogo explica que en algunos países, como Estados Unidos o Australia, donde la población ya está expuesta de forma natural a una alta radiación solar y tiene un fototipo justo, se han prohibido. No se recomienda la exposición preventiva al sol artificial para pieles muy pálidas (fototipo 1), cabello pelirrojo y ojos azules, ya que puede causar enrojecimiento y no prepara para el bronceado de verano. Sin embargo, quienes tienen piel más oscura (fototipo 2-3), ojos y cabello oscuros pueden usar ocasionalmente camas solares, lo que proporciona protección natural y reduce el riesgo de irritación.
La creencia de que las camas solares previenen las quemaduras solares es falsa: la única forma eficaz de protegerse es usar protector solar con FPS 50 cada dos horas y complementar la dieta con alimentos ricos en caroteno y antioxidantes. Con las camas solares, es fundamental usar gafas de sol e hidratar la piel después. Los productos bronceadores son inútiles; es mejor reducir el número de sesiones. Algunas afecciones cutáneas (como la dermatitis seborreica, la psoriasis y el eccema) pueden beneficiarse de la exposición a los rayos UV bajo supervisión médica, donde los beneficios terapéuticos superan los posibles riesgos a largo plazo.