Comer bien en verano puede ser mucho más fácil si eliges lo que la naturaleza ofrece en el momento adecuado.

La fruta y la verdura de temporada no solo son más sabrosas y ricas en nutrientes, sino también perfectas para quienes quieren seguir una dieta ligera, que favorezca la saciedad sin resultar pesada y, al mismo tiempo, ayude a drenar los líquidos en exceso. Cuando las temperaturas suben y las ganas de platos frescos se imponen, apostar por alimentos ricos en agua, fibra y sales minerales puede marcar la diferencia.
No hacen falta estrategias complicadas ni restricciones innecesarias: basta con un poco de variedad, algunas combinaciones inteligentes y la constancia de llevar a la mesa cada día algo sencillo pero eficaz. Así puedes aprovechar al máximo las frutas y verduras veraniegas para sentirte más saciado, deshinchado y lleno de energía, sin renunciar al placer de comer.
Frutas y verduras veraniegas que sacian y drenan de verdad
Entre las frutas más útiles encontramos la sandía, compuesta en más del 90 % por agua y perfecta para calmar el hambre y estimular la diuresis. El melón también es un gran aliado, gracias a su contenido en potasio y a su sabor dulce que satisface el paladar sin necesidad de azúcares añadidos. Los melocotones y las nectarinas, ricos en jugo y fibra, son ideales para la merienda de media mañana, mientras que los albaricoques aportan fibra y potasio con pocas calorías.

Frutas y verduras veraniegas que sacian y drenan de verdad
Las ciruelas, a menudo infravaloradas, ayudan a regular el intestino y proporcionan una sensación de saciedad, y los frutos rojos, con su bajo índice glucémico, son perfectos para añadir al yogur o al porridge. Las peras, sobre todo las más acuosas, son ideales para una merienda vespertina saciante y ligera.
También la verdura de verano juega un papel importante. Los calabacines, al vapor o a la parrilla, son muy ligeros pero voluminosos, por lo que llenan sin pesar. Los pepinos, para comer crudos o en ensalada, son de los más eficaces contra la retención de líquidos. Las judías verdes, hervidas y aliñadas con un poco de aceite, sacian durante mucho tiempo y favorecen el tránsito intestinal.
Los pimientos, ricos en fibra y vitamina C, se pueden añadir crudos o cocidos a los platos principales para aumentar la sensación de plenitud. Los tomates, presentes en toda cocina veraniega, aportan licopeno, agua y potasio, mientras que las ensaladas verdes (canónigos, rúcula, lechuga) son imprescindibles para hacer cada comida más abundante y drenante. Las berenjenas, a la parrilla o al horno, son fibrosas y sabrosas, perfectas como base para una comida ligera pero satisfactoria.