El táper es uno de los mejores remedios para comer rápidamente en el trabajo. Te contamos por qué deberías evitarlo
Imagine el lector la siguiente situación. El atronador sonido de la alarma, se frota los ojos mientras maldice en doce idiomas distintos la facilidad con la que la noche parece escurrirse de los dedos, se queda diez minuto mirando a un punto fijo, al infinito. Se levanta, se anuda rápidamente la corbata y abandona la casa a trompicones, derrapando para poder llegar a tiempo a la oficina. Después de una mañana atendiendo llamadas y respondiendo correos electrónicos, el tiempo se le echa encima. No le da tiempo a regresar a casa para comer, ni tampoco para acudir a un restaurante de la zona.
Opta entonces por la vía más rápida: el táper que ha traído en la bolsa. Un poco de ensalada. Con eso bastará. La engulle a toda velocidad, sin siquiera saborearla, pone de nuevo la tapa y se dispone a seguir trabajando en lo suyo. Ya hemos hablado en otras ocasiones de los riesgos que entraña comer rápido para la salud. Pero ese no es el único peligro de utilizar un táper o fiambrera.
Los envases de plástico han provocado un gran revuelo entre los fabricantes de este recipiente salvavidas, que cada vez más han tendido a fabricar sus productos con otros materiales biodegradables como el papel, que ahora impera en este tipo de empresas. ¿El motivo? El plástico traslada las micropartículas de las que está compuesto a la comida que se contienen en su interior al ser calentada, por ejemplo, en el microondas. Esto hace que comer directamente del táper no solo sea perjudicial por la celeridad con la que suele practicarse sino también por la posibilidad de sufrir una intoxicación que pueda tener graves consecuencias en nuestra salud.
Como suele suceder en este tipo de casos, no todo está perdido. La mayoría de marcas especializadas den la fabricación de fiambreras están homologadas y sus productos incluyen pegatinas que especifican sus limitaciones.
Estas pegatinas ofrecen información sobre la conveniencia de meter comida dentro del táper, de si resulta apropiado lavarlo en el lavavajillas, si puede introducirse en el horno o en el congelador o si puede o no tener contacto directo con fuego. De hecho, la mayoría de tápers son resistentes a las altas temperaturas y, siempre que confiemos en una marca reputada, no deberíamos tener problemas a la hora de transportar nuestro almuerzo en ellos.
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