Más allá de las dietas restrictivas, controlar el peso puede ser más sencillo de lo que imaginas. Los expertos señalan que un simple hábito a la hora de dormir podría ser la clave para facilitarte el camino hacia tus objetivos.

Adoptar un sencillo hábito nocturno puede ser clave para perder peso y comer más sano. Muchas personas se identifican con la «procrastinación a la hora de acostarse», un fenómeno que Mel Robbins describe y que la Sleep Foundation define como sacrificar el sueño en favor de un tiempo libre y de placer.
La estrategia nocturna de expertos para un amanecer sin antojos
Priorizar el sueño no solo influye en nuestros niveles de energía al día siguiente, sino que también tiene un efecto directo en el apetito y el peso. La experiencia personal y numerosos estudios científicos lo confirman: dormir tan solo 30-45 minutos más puede mejorar notablemente los hábitos alimentarios. La falta de sueño conduce a un estado de «embriaguez crónica», donde nos despertamos cansados y con antojos de dulces, lo opuesto a un desayuno saludable.

La conexión entre el sueño y el peso va más allá de la fuerza de voluntad. La privación del sueño y el estrés consecuente provocan desequilibrios hormonales que aumentan el apetito. El doctor Vicente Mera, especialista en medicina antienvejecimiento, explica que un buen descanso regula la leptina (hormona de la saciedad) y la grelina (hormona del apetito), y reduce los picos de azúcar en sangre, favoreciendo la metabolización eficiente de la glucosa. Además, la falta de sueño incrementa el cortisol (hormona del estrés) y disminuye la somatotropina (hormona del crecimiento), lo que puede generar resistencia a la insulina y aumento de peso.
La evidencia científica respalda estos hallazgos: un estudio de la Clínica Mayo, citado por Arianna Huffington en The Sleep Revolution, reveló que quienes dormían menos ganaban más peso, incluso consumiendo menos calorías. Las personas que duermen seis horas al día tienen un 23% más de probabilidades de tener sobrepeso, cifra que asciende al 73% si duermen menos de seis horas. Esto se debe, en parte, a que la falta de sueño reduce la producción de leptina y aumenta la de grelina.
Adoptar el microhábito de adelantar la hora de acostarse para asegurar al menos 7 horas de sueño ha demostrado ser una estrategia efectiva para controlar el apetito y perder peso sin grandes dificultades. Si te sientes tentado a posponer el descanso, recuerda las palabras del experto en sueño Neil Stanley: «Cuando duermes muy poco, eres el tipo de persona con la que nadie quiere vivir».