Esponjosa, sabrosa, con aroma de tomate y orégano: sí, puedes comerla incluso estando a dieta, si la preparas así.

Cuando se sigue una alimentación ligera, los carbohidratos con levadura se convierten en el gran “no”. Sin embargo, no debería ser así: una focaccia bien hecha, con ingredientes sencillos y atención a las cantidades, puede integrarse perfectamente en un plan sano y equilibrado. .

focaccia sarda con tomate
dieta.com -Esponjosa, sabrosa, con aroma de tomate y orégano: sí, puedes comerla incluso estando a dieta, si la preparas así.

Esta focaccia sarda con tomate en versión light está pensada precisamente para quienes no quieren privarse del placer de una masa crujiente y sabrosa, pero buscan una preparación más ligera, digestiva y con menos grasa. ¿El resultado? Una focaccia crujiente en los bordes, suave por dentro, con sabor mediterráneo y solo lo esencial.

¿Por qué privarte de una focaccia con tomate? Aquí te explicamos cómo prepararla en versión ligera y sin culpas

La focaccia sarda tradicional tiene orígenes sencillos: se preparaba en casa con pocos ingredientes como harina, tomate fresco, aceite y orégano. Esta versión se inspira en la rústica, pero con menos aceite, harina integral y un equilibrio perfecto entre sabor y ligereza. Es perfecta para una cena de verano, para llevar a la playa, para servir en pequeños cuadraditos como aperitivo o incluso como base para un almuerzo ligero con ensalada o proteínas magras. No echarás de menos la clásica y podrás comerla sin remordimientos.

crackers de tomate
dieta.com -¿Por qué privarte de una focaccia con tomate? Aquí te explicamos cómo prepararla en versión ligera y sin culpas

Ingredientes

(para una bandeja pequeña – 6 porciones)

  • 200 g de harina integral

  • 50 g de harina 0

  • 1 cucharadita de sal

  • ½ sobre de levadura seca de panadería (o 5 g de levadura fresca)

  • 160 ml de agua tibia

  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

  • 150 g de puré de tomate denso o tomates pelados triturados

  • Orégano seco al gusto

  • Sal fina y gruesa al gusto

Preparación

  1. En un bol, mezcla las harinas, la sal y la levadura. Añade gradualmente el agua tibia y empieza a amasar.

  2. Agrega el aceite y trabaja la masa durante unos 5 minutos, hasta que esté suave y no pegajosa.

  3. Cubre con un paño y deja reposar durante al menos 1 hora y media en un lugar templado, hasta que doble su volumen.

  4. Unta ligeramente una bandeja con muy poco aceite, extiende la masa con las manos y deja reposar 20 minutos.

  5. Unta la superficie con el puré de tomate, añade una pizca de orégano y un poco de sal gruesa.

  6. Hornea en horno estático precalentado a 200 °C durante unos 20-25 minutos, hasta que esté dorada en los bordes.

  7. Deja templar ligeramente antes de cortar en cuadraditos.

Consejos y variaciones

Para una versión más rústica puedes usar solo harina integral, pero ten en cuenta que la masa será un poco más compacta. Si quieres una focaccia más alta, extiende la masa más gruesa y alarga ligeramente la cocción. El puré de tomate puede sustituirse por tomates frescos triturados y escurridos para un sabor aún más auténtico. Si lo deseas, puedes añadir rodajas de cebolla roja o algunas aceitunas negras (con moderación). Si no tienes tiempo, puedes dejarla levar solo 1 hora y seguirá saliendo buena, aunque menos esponjosa.

Errores que debes evitar

Evita usar demasiado aceite: solo un chorrito basta para engrasar la bandeja y dar sabor. Si lo añades por encima, corres el riesgo de que la focaccia tenga demasiadas calorías. No saltes el levado: aunque sea una versión ligera, la masa necesita tiempo para volverse esponjosa. Por último, cuidado con el puré de tomate: elige uno denso y sin azúcares añadidos, así evitarás el efecto “acuoso” y mantendrás bajo el índice glucémico.

Calorías (estimadas por porción)

Unas 160-170 kcal por porción (1/6 de la bandeja), con muy poca grasa y un buen aporte de fibra.

Gestione cookie