Cuando suben las temperaturas y el apetito baja, necesito platos que sean frescos pero saciantes, ligeros pero completos.
Esta ensalada nace justamente de esa necesidad: es crujiente, fácil de preparar y perfecta para llevar incluso a la oficina. La base es una mezcla equilibrada de verduras crudas, fruta fresca y proteínas magras, que se unen en un plato único, colorido y satisfactorio.
El repollo, a menudo infravalorado en verano, en realidad es un aliado perfecto para este tipo de recetas: es rico en fibra, minerales y vitamina C, se conserva bien incluso fuera de la nevera y permanece crujiente durante horas. La manzana verde aporta un toque dulce y ácido, mientras que el pollo desmenuzado completa el plato con proteínas ligeras y de alta calidad, sin resultar pesado. El aderezo a base de limón, aceite y un toque de mostaza lo une todo con equilibrio. Se prepara en 10 minutos y sigue estando bueno incluso después de varias horas.
Es el típico plato que salva comidas y cenas cuando no tienes ganas de cocinar o estás fuera de casa. Con pocos ingredientes bien elegidos, obtienes un plato completo, fresco y con menos de 300 kcal. Ideal también como fiambrera ligera o comida postentreno.
Para 1 porción abundante:
1 buen puñado de repollo (unos 100 g)
1/2 manzana verde
100 g de pechuga de pollo cocida (hervida o a la plancha)
Zumo de 1/2 limón
1 cucharadita de mostaza suave o fuerte (al gusto)
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
Semillas variadas (opcional, para decorar)
Corta finamente el repollo con un cuchillo afilado o una mandolina. Si lo prefieres más tierno, masajea unos minutos con un poco de sal y limón.
Corta la manzana en rodajas finas o en bastones.
Desmenuza la pechuga de pollo ya cocida con un tenedor o con las manos.
En un bol, mezcla el zumo de limón, el aceite y la mostaza hasta obtener una salsa homogénea. Ajusta de sal y pimienta.
Une todos los ingredientes y mezcla bien. Añade, si quieres, semillas de girasol o de lino para un toque crujiente.
Puedes sustituir el pollo por pavo o atún al natural, o hacer una versión vegetariana con garbanzos o tofu a la plancha. Para un toque aún más fresco, añade un poco de menta picada. Si quieres hacerla más completa, acompáñala con una rebanada de pan integral o dos tortitas de arroz.
No cortes el repollo demasiado grueso: debe estar bien fino para que se mezcle correctamente. Evita aliñarla con demasiada antelación si no te gusta que las verduras se ablanden. Y no olvides el toque ácido: el limón (o también un vinagre de manzana suave) es fundamental para realzar el sabor del plato.
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