Durante años, el universo de las modelos de Victoria’s Secret fue sinónimo de entrenamientos extenuantes y dietas ultracontroladas. Pero últimamente, algo ha cambiado: muchas de ellas han adoptado un enfoque más inteligente y sostenible con su cuerpo, alejado de las restricciones extremas. En el centro de esta transformación se encuentra la reverse diet, una estrategia que invierte por completo la lógica del “menos es mejor”. Su objetivo no es reducir calorías, sino reintroducirlas con equilibrio, reconstruyendo el metabolismo y manteniendo la forma física sin sacrificios constantes.

Qué es realmente la reverse diet
La reverse diet nació en el mundo del fitness profesional, pero rápidamente se extendió entre modelos y entrenadores de alto nivel. Consiste en aumentar gradualmente la ingesta calórica después de un periodo de dieta hipocalórica, para que el metabolismo se reactive sin acumular grasa innecesaria. Es, en esencia, un proceso de salida de las dietas restrictivas que ayuda a evitar el clásico efecto rebote.

Modelos como Josephine Skriver o Romee Strijd han contado cómo este método les permitió recuperar el equilibrio tras años de rigidez. Hoy se enfocan en nutrir su cuerpo con regularidad y escuchar sus señales. El resultado: más energía, mejor tono muscular y una forma física natural, sin obsesión por las calorías.
Por qué funciona
Funciona porque enseña al metabolismo a volver a trabajar de forma eficiente. Cuando se come demasiado poco durante un tiempo prolongado, el cuerpo se “defiende”: gasta menos energía y almacena más. Reintroducir las calorías poco a poco —a menudo unas pocas decenas por semana— ayuda a activar el gasto energético y estabilizar el peso sin recuperar la grasa perdida.
No es un método milagroso: requiere paciencia, constancia y atención al propio cuerpo. Pero para quienes han vivido en un déficit calórico durante años, representa una revolución mental. Enseña que comer bien no significa comer menos, sino alimentarse mejor.
El nuevo equilibrio de las modelos
Hoy, muchas ex “angels” hablan abiertamente de su relación más sana con la comida. Mantienen rutinas de ejercicio intensas, pero acompañadas de una alimentación más flexible y completa, rica en proteínas, grasas saludables y carbohidratos integrales. También ha cambiado la prioridad: la energía sostenida, el bienestar y la luminosidad de la piel importan más que el peso.
En el fondo, la reverse diet simboliza este nuevo modo de ver el cuerpo: no como algo que castigar, sino que cuidar y sostener. Es un regreso a la normalidad tras años de extremos, y demuestra que la verdadera belleza nace de un metabolismo equilibrado, no de una dieta que lo apaga.