El ordenador es un dispositivo que empleamos con regularidad en nuestro día a día y, por tanto, también es importante que esté limpio. Te contamos la mejor forma
El ordenador es uno de los dispositivos que con más frecuencia utilizamos en nuestro día a día, puede que incluso con más asiduidad que el teléfono móvil. Para muchos de nosotros, es prácticamente una extensión de nuestras extremidades. Lo empleamos tanto para el trabajo como para el ocio y, en algunas ocasiones, hemos llegado a permanecer horas enteras frente a la luz azul que irradia la pantalla sin atrevernos a despegar los ojos.
Es por eso que, al igual que los instrumentos de cocina y las habitaciones de la casa, es muy importante que permanezca limpio. Normalmente, los portátiles suelen acumular una gran cantidad de polvo, ya sea porque los transportamos durante largos períodos de tiempo en nuestra mochila o porque los mantenemos enchufados a la corriente para que hagan las veces de ordenador de sobremesa. En dieta.com te enseñamos a desembarazarte de esa película de polvo que ahora cubre la pantalla de la forma más segura posible.
El primer paso es tener el ordenador apagado. Puede parecer una tontería, pero son muchos los ajustes que se han desconfigurado, los iconos que se han movido e incluso los archivos importantes que se han eliminado al pasar un trapo por el teclado con el ordenador encendido. Además, este riesgo es doble si la pantalla es táctil, lo que aumenta el riesgo de manipular cierta información sin querer.
Una vez te asegures de que está apagado, debes hacerte con alcohol isopropílico de más del 90% que no daña los componentes del ordenador. Puede adquirirse en tiendas de informática al margen de esos kits de supuesta limpieza especial que, a largo plazo, pueden salirte mucho más caros.
Una vez tengamos todos los materiales necesarios, deberemos proceder con la limpieza. El primer paso es coger una gamuza anti polvo que puede adquirirse en Amazon por menos de diez euros y aplicarla primero sobre el marco y la parte exterior. Se debe proceder de arriba abajo y no al revés, pues de lo contrario, podríamos dejar caer polvo a la base del monitor.
Finalmente, aplicaremos el alcohol a la pantalla con delicadeza, pero con la firmeza suficiente para que no quede ningún tipo de mancha. Es también recomendable que, durante el proceso, el equipo esté desenchufado de la corriente eléctrica.
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