Si hay un electrodoméstico que no puede faltar en casa, ese es sin duda la nevera. Su función de mantener frescos los alimentos lo hace indispensable.
Aunque todos tenemos una nevera en casa, no siempre está claro qué alimentos debemos guardar dentro y cuáles no. Aquí tienes un resumen que aclara algunos puntos aún oscuros sobre el tema, ¡y quizás te lleves alguna sorpresa!
Si aún tienes dudas, aquí te dejamos una lista de alimentos que conviene conservar en la nevera:
Leche y derivados: La leche, el yogur, la mantequilla y los quesos frescos deben guardarse en el frigorífico, ya que son ricos en proteínas y agua, lo que los hace fácilmente atacables por las bacterias a temperatura ambiente. Asegúrate de sellarlos bien para evitar la absorción de olores y la formación de moho. Los quesos curados, como el Parmigiano, pueden conservarse fuera del frigorífico en un lugar fresco y seco.
Carne y pescado: La carne y el pescado, tanto crudos como cocinados, son altamente perecederos y deben conservarse en el frigorífico a temperaturas inferiores a 4 °C para prevenir el desarrollo de bacterias nocivas. Guárdalos en recipientes herméticos o envueltos en film transparente para evitar contaminaciones, preferiblemente en los estantes más bajos del frigorífico, que son los más fríos.
Huevos: Los huevos deben conservarse en el frigorífico para prolongar su frescura y evitar el crecimiento bacteriano. Muchos frigoríficos tienen compartimentos especiales; si no, guárdalos en los estantes superiores, junto con los lácteos.
Frutas y verduras: Las verduras de hoja verde (lechuga, espinacas), así como los pimientos, pepinos, zanahorias y brócoli, se conservan mejor en el frigorífico, preferiblemente en los cajones específicos con un nivel de humedad adecuado, para evitar que se marchiten rápidamente. Las frutas enteras pueden estar fuera, pero una vez cortadas deben meterse en el frigorífico. Las frutas muy maduras como los plátanos y los aguacates pueden meterse en el frigorífico para ralentizar su maduración.
Otros productos: Condimentos como la mayonesa, el kétchup y la mostaza, el tomate frito, las mermeladas y las conservas deben guardarse en el frigorífico una vez abiertos. Quizás te sorprenda, pero muchos cosméticos (barras de labios, delineadores de ojos, cremas para el contorno de ojos, aloe vera, cosméticos naturales, esmaltes de uñas) se benefician de la conservación en el frigorífico para mantener su consistencia, eficacia y durabilidad. Incluso las flores cortadas pueden conservarse en el frigorífico para que duren más, envolviendo los tallos en papel de cocina húmedo.
Pan: El pan se seca en el frigorífico, por lo que es mejor guardarlo en bolsas de papel o recipientes a temperatura ambiente. Alternativamente, el pan fresco puede congelarse en rebanadas y descongelarse en la tostadora.
Patatas: Las patatas deben guardarse en lugares frescos y oscuros, no en el frigorífico, ya que el frío convierte el almidón en azúcar, haciéndolas dulces y harinosas.
Tomates: Es preferible mantener los tomates a temperatura ambiente, ya que el aire frío del frigorífico bloquea su proceso de maduración y les hace perder su sabor. Si están muy maduros, pueden meterse en el frigorífico temporalmente, pero es mejor devolverlos a temperatura ambiente antes de consumirlos.
Otros condimentos: El aceite de oliva y otros aceites no deben ir en el frigorífico, ya que la refrigeración puede hacer que se espesen. El ajo y las cebollas deben guardarse en un lugar fresco, seco y bien ventilado para evitar moho y brotes. La miel se conserva durante mucho tiempo fuera del frigorífico; en el frigorífico tiende a cristalizarse. La albahaca se marchita y pierde sabor en el frigorífico; puede congelarse (por ejemplo, picada con aceite en cubiteras).
¿Se pueden guardar alimentos calientes en la nevera?
Todavía queda la pregunta de las preguntas: ¿se pueden meter alimentos calientes en el frigorífico? La respuesta es sí, pero con precaución. No los dejes a temperatura ambiente durante demasiado tiempo para evitar la proliferación bacteriana. Sin embargo, no los metas hirviendo directamente en el frigorífico, ya que podrían elevar la temperatura interna y comprometer otros alimentos. Deja que se enfríen unos minutos y divídelos en recipientes más pequeños para una dispersión más rápida del calor. Es aconsejable colocarlos en los estantes superiores, ya que el aire frío tiende a descender, para no alterar la temperatura general del frigorífico.
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