¿Te parecen demasiado fáciles? En realidad, son los más eficaces para reactivar el cuerpo después de los 50

Llegar a los 50 hoy en día ya no significa ser mayor. Al contrario, es el preludio de una nueva juventud, también gracias al descubrimiento de que, manteniéndose activos, el cuerpo responde muy bien. Ese es el verdadero secreto.

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Las personas que alcanzan esta edad a veces tienden a dejarse llevar y a pensar que nada volverá a hacerlas sentir como antes. Y sin embargo se equivocan, porque con acciones sencillas pueden reactivar el metabolismo, mejorar la postura, el sueño y la energía.

Todo empieza con una buena rutina y un poco de voluntad. Basta con empezar para sentirse mejor de inmediato. Por la mañana, por ejemplo, un gesto muy sencillo como beber un vaso de agua puede hacer muchísimo: rehidrata el cuerpo tras la noche, estimula el sistema linfático, ayuda al hígado y a la digestión, y reduce el hambre nerviosa matutina. A partir de los 50, la sensación de sed puede disminuir, pero las necesidades del cuerpo siguen siendo las mismas.

Las actividades que marcan la diferencia después de los 50 años

Uno de los principales problemas de las personas mayores de cierta edad es sin duda la circulación sanguínea, que empieza a volverse irregular y a ralentizarse. Una de las herramientas más eficaces para contrarrestar esta dificultad es sin duda caminar a paso ligero, a diario, también para mejorar el metabolismo y el estado de ánimo. Sin embargo, debe hacerse correctamente: al aire libre, con el calzado adecuado y una respiración adecuada.

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Los menos entrenados también pueden dividir esta actividad en dos momentos distintos del día, así que no hay excusas. Es absolutamente accesible para todos, no es estresante para las articulaciones y además mejora el sueño.

También el stretching puede cambiar el curso del día, ya que con el tiempo el cuerpo pierde elasticidad y eso repercute en la postura, la digestión y, en consecuencia, en el cansancio. Por eso bastarían 5 minutos por la mañana de forma constante para reducir la rigidez y sentirse más activos desde el primer momento. Si no se es madrugador, se puede optar por hacerlo por la noche, o incluso en ambos momentos del día. Solo se necesitan 3 o 4 ejercicios básicos, que pueden hacerse incluso desde la cama.

Para la zona abdominal, que tiende a volverse más perezosa, bastan dos gestos muy sencillos que solo requieren un poco de concentración: la respiración profunda diafragmática (el abdomen se expande al inhalar) y las contracciones isométricas (meter el vientre durante 10 segundos mientras se está sentado o de pie, y luego relajar).

En cuanto a la alimentación, está claro que comer menos por la noche, cuando el metabolismo se ralentiza, ayuda a digerir mejor y a mejorar la calidad del sueño. Es preferible optar por comidas ricas en verduras y proteínas, evitando los carbohidratos y los azúcares.

Un último consejo, que también vale después de los 50 años, es apagar el televisor, la tableta o el móvil al menos 30 minutos antes de dormir, ya que la luz de las pantallas ralentiza la producción de melatonina. En cambio, una buena infusión y una lectura tranquila son la mejor preparación para el descanso.

En resumen, no hace falta reescribir la vida desde cero para volver a ponerse en marcha: bastan unos pocos gestos, fáciles y gratuitos, que cada día reactivan la energía y el bienestar. Y después de los 50, realmente marcan la diferencia.

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