No se trata de cobrar más o menos sino de tener un sentido responsable de cómo se administra lo que tienes
Lo que nos cuesta ganar dinero y lo rápido que se evapora, prácticamente en minutos, un día uno cualquiera, nos quedamos sin nada cuando pasan la hipoteca, el gasto de telefonía, el coche y los seguros, por supuesto, y todo aquello que tengamos financiado y que pasan religiosamente.
Por ello, no está de más entrar en conocimiento de algunas estrategias que pueden hacer que nuestro mes no sea demasiado largo, para ver cómo nos ingresan nuevamente la nómina, y no seamos capaces ni tan siquiera de bajar a dar una vuelta y tomarnos una cerveza.
Y es que una de las cuestiones que siempre nos preguntamos es la de cómo, con nuestros ingresos, podemos ir acumulando algo de ahorro para tener ese colchoncito que haga que no nos sintamos tan desamparados. Tenemos que pensar en tener una administración de nuestro dinero que nos permita tener un ahorro para responder a corto plazo, a medio plazo y a largo plazo. En este sentido tenemos que plantearnos planes de ahorro en función del gasto que tengamos semanal y mensual, pero también pensando en un ahorro anual.
Debemos tener claro que no es lo mismo ahorrar para las vacaciones que ahorrar para tener nuestro patrimonio futuro. Podemos decretar un porcentaje para los ahorros que ya puede ser del 15% o del 20% pero tienes que respetarlo. Quizás incluso sea demasiado pero puedes bajarlo y empezar, porque lo más importantes es iniciarte en esta disciplina y ejecutarla, ya subirás el porcentaje.
Tener diseñado presupuestos para cada uno de los gastos hace que incluso un antojo que puedas tener y cuya compra siempre ha supuesto un remordimiento, este no se produzca. Y es que todos tenemos esa doble personalidad dentro que por una parte nos dice que tenemos que ahorrar, pero está la otra que nos indica que estar todo el día trabajando tiene que tener una recompensa.
Porque hay gastos que son los obligatorios de todo el mes y otros que no lo son tanto y forman parte de los caprichos. Estos últimos no tienen que exceder el 30% del dinero que nos viene en la nómina, o sea, del total de los ingresos, por lo que el 50% tiene que ir destinado a los obligatorios. De esta forma, el resto puede ser ahorro, el 20%.
Y podemos autoimponernos que ese porcentaje que hemos pensado para el ahorro es obligatorio y siempre tiene que ser recaudado. Es una estrategia para conseguirlo.
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