Un día te despiertas, te miras al espejo y ya no te reconoces. No tanto por los kilos de más, sino porque te das cuenta de que ya no te estás cuidando.
Todo empezó con algunas cenas fuera, luego el estrés, luego la pereza… y de repente te ves saltándote comidas, comiendo cualquier cosa y tirándote a lo dulce “porque total, ya da igual”. A mí me pasó exactamente eso. Y no, no tenía ninguna intención de empezar otra dieta drástica que me hiciera sentir atrapada.
Así que decidí hacer algo distinto: en lugar de quitarlo todo, empecé a añadir cosas buenas. Cinco alimentos sencillos, sin recetas complicadas, baratos, y que me devolvieron el placer de comer bien sin agobios. Te cuento cuáles son y por qué me ayudaron a volver a encontrar el equilibrio.
No seguí una dieta, no conté calorías, no me encerré en casa a comer pollo sin sal. Simplemente empecé a elegir mejor. Y estos cinco alimentos, comunes, económicos y cotidianos, me ayudaron a poner orden sin sentirme castigada. Si estás buscando un punto de partida que no se sienta como un castigo, quizás aquí puedas empezar.
No son superalimentos exóticos ni pociones milagrosas. Son alimentos normales, que encuentras en cualquier parte y que, si los usas con inteligencia, marcan realmente la diferencia. Aquí te dejo mi lista y cómo los incluí en mi rutina diaria.
Nunca lo había considerado. Luego descubrí que es perfecto cuando tienes hambre y poco tiempo, pero no quieres lanzarte al primer bocadillo que encuentres. Rico en proteínas, bajo en grasas y muy versátil: lo pongo en un plato con tomates cherry, rúcula y un chorrito de aceite de oliva, o lo unto en pan integral como merienda. ¿Lo quieres más sabroso? Añade una pizca de curry o pimentón, y listo.
No hay escapatoria: cuando necesitas algo dulce, la fruta te salva el día. Para mí, la manzana se convirtió en una especie de pausa mental. La corto en láminas, la pongo en un cuenco con una cucharadita de miel, una nuez picada y, si tengo ganas, un poco de yogur griego. Es rica, saciante y me hace sentir “en orden” por dentro y por fuera.
Había dejado de comerlo por eso de “demasiados carbohidratos”. Error. El arroz basmati es ligero, no hincha y, sobre todo, sacia sin pesadez. Lo cocino en cantidad y lo guardo en la nevera para toda la semana. Lo combino con verduras salteadas, legumbres, huevos, o simplemente con una cucharadita de aceite y especias. Es mi salvavidas cuando no tengo ganas de cocinar.
No hay mucho que añadir: los huevos son el comodín perfecto para un día complicado. Una tortilla rápida con calabacín rallado y un toque de queso feta, o un huevo duro en una ensalada, y ya está. Me han salvado más de una vez cuando habría pedido comida basura solo por comodidad.
Nunca subestimes el poder de una cena caliente y ligera. Cuando me pasaba a la hora de comer o el día era un caos, una crema de verduras me centraba. A veces preparo una gran cantidad, otras elijo una ya hecha pero con ingredientes limpios (nada de nata, solo hortalizas y legumbres). Le añado unas semillas o una cucharada de yogur y, de inmediato, es confort sin culpa.
No te voy a prometer milagros, ni te diré que perdí diez kilos en dos semanas. Pero gracias a estos cinco alimentos recuperé el control, sin castigos. Me siento más ligera, más clara, más alineada conmigo misma. Y no he dejado de salir con amigos ni de disfrutar una porción de pizza de vez en cuando.
Solo he empezado a elegir mejor lo que pongo en el plato. Y si tú también te sientes un poco “fuera de rumbo”, prueba a empezar por aquí. Solo necesitas cinco cosas, una compra sencilla y un poco de ganas de sentirte mejor, sin volverte loca.
Estamos a las puertas del verano, y quedan muy pocos días. Esto significa más horas…
Hubo un período en el que todos mis días terminaban de la misma manera: con…
La moda siempre nos sugiere nuevas ideas o trae de vuelta otras. Algunos looks son…
Hubo una época en la que no me reconocía. La mente siempre un poco nublada,…
Si hay un electrodoméstico que no puede faltar en casa, ese es sin duda la…
Durante semanas me despertaba en plena noche con las piernas rígidas y los dedos de…