Dejar de fumar requiere esfuerzo y compromiso. Tener en cuenta estas recomendaciones puede ayudar a conseguirlo
El consumo de tabaco no solo afecta a quienes lo fuman, sino también a su entorno, ya que más de 4.000 sustancias nocivas amenazan la salud de todos.
Este peligroso hábito es el culpable del 80% de los casos de cáncer de pulmón y contribuye a enfermedades cardiorrespiratorias, como el EPOC. Además, se ha comprobado que los fumadores tienen un 25% más de probabilidades de sufrir una forma grave de COVID-19.
En el proceso de dejar de fumar, los beneficios para la salud se hacen notorios tanto a corto como a largo plazo. Ya en el primer día sin tabaco, la presión arterial disminuye y el pulso se desacelera, mientras que en tan solo dos semanas, el gusto y el olfato se agudizan.
A los tres meses, mejora la circulación sanguínea y la función pulmonar, y a los nueve meses, disminuyen la tos y la fatiga, ya que los pulmones se limpian y la respiración mejora. Después de un año, el riesgo de infarto se reduce a la mitad, y a los cinco años, el riesgo de accidente cerebrovascular se equipara al de los no fumadores. Tras una década sin tabaco, el riesgo de cáncer de pulmón se reduce a la mitad, al igual que el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago, vejiga y páncreas.
Tratamientos efectivos
Para aquellos que buscan liberarse del tabaquismo, existen diversos tratamientos efectivos que pueden marcar la diferencia. Las sustancias de reemplazo de la nicotina, como chicles, inhaladores, pastillas para chupar y parches cutáneos, alivian el síndrome de abstinencia que surge al dejar de fumar.
Además, medicamentos como la vareniclina (Champix) y el bupropión (Zyban), prescritos por profesionales médicos, ayudan a reducir el placer de fumar y disminuyen la ansiedad. También, la terapia cognitivo conductual y el apoyo telefónico proporcionan herramientas y estrategias para superar la adicción al tabaco.
Además de los tratamientos convencionales, existen técnicas innovadoras que han demostrado ser útiles para superar la adicción al tabaco. La estimulación magnética transcraneal, que no es invasiva, se utiliza para reducir la ansiedad relacionada con el hábito de fumar.
También se ha demostrado que la atención y conciencia plena, así como el apoyo a través de aplicaciones móviles diseñadas específicamente para el proceso de deshabituación del tabaco, son herramientas valiosas para controlar el impulso de fumar.
Cómo vencer la tentación
Mantenerse libre de tabaco después de tomar la decisión no es una tarea sencilla, pero es posible con un enfoque adecuado. Llevar un diario que registre los hábitos de fumar y los motivos para dejar de hacerlo puede ser de gran ayuda.
Además, contar con un apoyo especializado es esencial, ya que acudir al médico aumenta significativamente las probabilidades de éxito. Limitar el consumo de alcohol, planificar previamente las estrategias para enfrentar la ansiedad y mantenerse hidratado también son medidas que contribuyen al éxito en la lucha contra el tabaco.
¿Cigarrillos electrónicos?
Aunque los cigarrillos electrónicos han ganado popularidad como una supuesta opción para dejar de fumar, los estudios han cuestionado su eficacia y han señalado posibles riesgos para la salud, incluidas enfermedades respiratorias.
Los efectos de la nicotina
La nicotina, responsable de la adicción al tabaco, ejerce su influencia en todo el cuerpo, alterando funciones esenciales y generando una dependencia difícil de superar. Conocer su impacto en el organismo puede ser un incentivo más para abandonar el hábito.
En resumen, dejar de fumar es un reto importante, pero con los tratamientos adecuados, el apoyo necesario y una planificación cuidadosa, es posible alcanzar una vida libre de tabaco y disfrutar de sus beneficios para la salud a corto y largo plazo.
