El reflujo gástrico es una afección común del aparato digestivo. Te contamos qué debes hacer para tratarla
El reflujo gástrico es una de las afecciones más comunes del aparato digestivo. Seguro que alguna vez has experimentado esa desagradable sensación de retorno, de que la comida que has tomado hace un par de horas parece volver a tu garganta como si se tratara de un vómito para luego volver por donde ha venido. Pues no, no se trata de vómito sino de reflujo gástrico. Te contamos cómo tratarlo y cuáles son las causas de su aparición.
El reflujo gástrico se produce cuando la banda de músculos que rodea la parte inferior del esófago, que normalmente se relaja y abre para permitir que los alimentos accedan al estómago, no se cierra y provoca el regreso de los alimentos al esófago, que ascienden por el conducto hasta llegar a la boca, provocando la sensación desagradable que hablábamos antes. Si se produce de forma reiterada en el tiempo, puede dar lugar a la inflamación del esófago.
A su vez, esta inflamación puede generar varios problemas de salud, como la esofagitis, es decir, una descomposición del tejido que recubre el esófago y que puede formar úlceras en las paredes del conducto que escuecen a la hora de tragar y desatan un dolor agudo en la garganta. Si el reflujo se produce en la parte baja del esófago, el organismo puede generar tejido cicatricial para paliar la inflamación, lo que puede dificultar el paso de los alimentos.
En el peor de los casos, los daños procedentes del reflujo pueden afectar a la parte más baja del esófago, dando lugar a la posibilidad de incubar en el futuro cáncer de esófago. Sin embargo, todas estas afecciones pueden evitarse si la dolencia se trata adecuadamente. Te enseñamos qué cosas debes dejar de hacer para evitar su aparición.
Los remedios
Realmente, no existe un remedio universal contra el reflujo gástrico más allá de consultar la ayuda de un profesional. No obstante, sí que hay una serie de alimentos que puedes retirar de tu dieta si quieres que su aparición se demore lo máximo posible.
El alcohol y el tabaco deben descartarse de inmediato. Asimismo se deben evitar también los alimentos grasos o frituras, puesto que la grasa es un irritante natural que inflama las paredes del esófago. De la misma manera, se deben evitar las comidas copiosas durante la noche, las largas tazas de café y ciertos medicamentos como la aspirina.
