La cebolla es un alimento que tiene múltiples propiedades nutricionales para el ser humano, en especial para los riñones.
Los expertos llevan tiempo poniendo el foco en la cebolla y en la gran cantidad de beneficios que tiene para nuestro cuerpo. Además, al ser un alimento tremendamente habitual en nuestra cocina su ingesta diaria tiene aún más bondades para el correcto funcionamiento de nuestro sistema.
Los expertos sostienen que comer cebolla cruda a diario tiene múltiples beneficios para el cuerpo, en especial para los riñones. De hecho, a pesar de ser muy habitual en guisos y otro tipo de comidas cocinas, los investigadores abogan por comerla al natural, pues es así cómo mejor se asimilan sus propiedades.
En ese sentido, se han identificado hasta cinco grandes beneficios para nuestro cuerpo al comer cebolla cruda. Uno de ellos es su efecto dietético que favorece a la digestión y previene el estreñimiento.
Por otro lado, comer cebolla cruda fortalece el sistema inmunológico, debido a su riqueza en vitamina C y antioxidantes, sustancias que contribuyen a hacer frente a enfermedades e infecciones. Además, favorece el correcto funcionamiento del corazón, ya que reduce el colesterol y los triglicéridos, lo que a su vez mejora la tensión arterial. También ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre y a adelgazar debido a su propiedades diuréticas.
Aunque sin duda, el mayor beneficio de comer cebolla cruda lo reciben los riñones. Los órganos encargados de filtrar las sustancias nocivas y las toxinas de la sangre se ven altamente beneficiados por el consumo de cebolla cruda ya que tiene propiedades diuréticas, depurativas y antioxidantes que mejoran el funcionamiento renal y que previenen contra diferentes afecciones renales.
Los problemas de comer cebolla
A pesar de la cantidad de bondades que tiene la cebolla, no es menos cierto que también tiene unas contraindicaciones que es necesario conocer. Aunque son mucho mayores sus beneficios que sus contras, siempre es necesario tener toda la información.
Así las cosas, comer mucha cebolla puede generar un mal aliento e incluso un mal olor. Esto se debe a que contiene azufre que el cuerpo expulsa a través del propio aliento y del sudor. Además, comer cebolla cruda puede acarrear una difícil digestión toda vez que su consumo no siempre es bien aceptado por el estómago para algunas personas. Por último, aunque mucho menos importante, no se debe obviar que partir cebollas puede generar irritación ocular, haciendo que los ojos lloren a causa del picor que generan.
