Los jóvenes tienen sus primeras directrices sexuales a través de las pantallas y no siempre es recomendable que tengan esas instrucciones
El primer paso de los jóvenes o adolescente a la sexualidad debe tenerse muy en consideración por parte de los padres y de las instituciones. Con tal afluencia de información a la que tienen acceso los adolescentes, hacerles entender que el sexo no son determinadas conductas, posiciones o acciones es tremendamente importante para que en el futuro no se caiga en equivocaciones que pueden acarrear consecuencias mayores.
En torno a este tema, hay dos cosas que sirven de freno por desgracia. La primera es que los padres, bien es verdad, no pueden controlar todo lo que hacen sus hijos, ni todos los vídeos a los que tienen acceso ni todas las fotografías que le pasan sus compañeros. Por otro lado, no todos los progenitores se sienten con la confianza de hablar con sus hijos sobre cuestión sexuales, aunque debería ser así y aclararles situaciones en que tienen que entender, porque las películas para adultos, las series o las películas son situaciones de ficción que siempre dan un mensaje al que suelen acceder los jóvenes de manera errónea.
Son muchas las series donde se da lugar a un sexo explícito o a enfermedades que se contagian a través del sexo. En determinadas series se hablan abiertamente de cuestiones positiva, como por ejemplo eso último que hemos tratado, donde se pueden resolver dudas que pueden presentarse entre los jóvenes y que tienen una respuesta a partir de casos reales que se afrontan en los diferentes guiones de cada una de las series.
La educación sexual debe correr a cargo de los padres
El tema de la virginidad también es protagonista. Esta es una cuestión que siempre es tabú dentro de los jóvenes porque reconocer que se es virgen puede acarrear la burla del grupo de amigos. Desmitificar este tema, y hacer ver que todos hemos pasado por esa situación como lo trata por ejemplo la serie Merlí, es algo bien acogido por la juventud.
Y es que un estudio estadounidense elaborado por el Instituto del Pacífico para la Investigación y la Evaluación determinó que las acciones eróticas que los jóvenes presencian dentro de las series o películas influyen directamente en ellos y no siempre tiene ese impacto positivo que hemos tratado. La televisión puede servir de ejemplo en las cuestiones positivas, pero nunca en las negativas, y esto ocurre. La imagen que da del sexo en muchos casos no es la real, ni tampoco el canon estético que se genera, lo que desemboca que frustración en muchos adolescentes.
Lo que siempre se debe recomendar es tener relaciones seguras y que nos se produzcan contagios de enfermedades. Y por supuesto no atender a tanta expectativas que se generan en las imágenes sexuales que aparecen en las series y películas.
