Te contamos qué hay de cierto en esta afirmación y cómo actuar en caso de emergencia médica
Siempre se ha dicho que el chocolate es altamente tóxico para los perros. Que una ingesta desmedida puede dejarlos ciegos pasado un tiempo. Desde dieta.com te contamos cuánto hay de cierto en esta afirmación y cómo proceder en caso de que se produzca una emergencia.
Al contrario que otras creencias populares, la de los perros y el chocolate sí que está respaldada por la ciencia. El chocolate contiene teobromina, un componente que el organismo de los perros metaboliza de forma mucho más lenta que el de los humanos. Por tanto, puede deducirse que la acumulación de esta sustancia en su interior puede dar lugar a una intoxicación.
Por supuesto, esta situación no tiene por qué producirse de la misma forma, sino que depende de varios factores. El primero y más evidente es el tamaño y la composición corporal del perro. Los perros más pequeños como los chihuahuas o los yorkies encuentran en el chocolate su perdición casi inmediata. Sin embargo, los perros grandes como los pastores belga o los labradores apenas notarán un dolor estomacal leve.
El otro factor es el que afecta directamente al tipo de chocolate. Los chocolates amargos y oscuros, como el chocolate negro o el cacao en polvo resultan letales, pues su composición no ha sido adulterada con otras sustancias. Por otro lado, el chocolate blanco o el chocolate con leche, al haber visto alterada su pureza, resultan menos nocivo para la salud del animal.
Los síntomas habituales oscilan entre los vómitos o la diarrea hasta las convulsiones, pasando por temblores musculares, aumento de la presión sanguínea y en el peor de los casos, el coma o la muerte. Estos síntomas suelen manifestarse en un franja de cuatro a doce horas dependiendo del tamaño del perro y la cantidad de la ingesta.
Cómo proceder
En cualquiera de los casos, es preciso recurrir a la ayuda de un veterinario. Una vez en la consulta, el profesional tratará de inducir al animal al vómito para que expulse aquello que ha comido.
Si no se logra provocar el vómito se recurrirá a carbón activo para que este absorba los componentes tóxicos e impida el paso de los componentes tóxicos por la sangre. En un caso extremo, se procederá a realizar un tratamiento de fluidos intravenosos que se administrarán por medio de una inyección.
