Aunque pueda parecer increíble el aceite de oliva tiene muchos beneficios para nuestra piel y nuestro rostro.
En nuestra búsqueda de la eterna juventud el cuidado de la piel se ha convertido en nuestra mayor prioridad. Cada mañana son muchas las personas que frente al espejo siguen todo un ritual de belleza, con productos de todo tipo, para frenar el envejecimiento. Y es que con el paso de los años la piel pierde firmeza dando paso a las indeseables arrugas. Hasta la fecha la mejor forma de frenar esa aparición de líneas es el colágeno.
El colágeno es una proteína que se encuentra de forma natural en nuestro organismo y cuya función principal es unir los tejidos conectivos. Pasados los 25 años de edad el cuerpo comienza a perder esta proteína, provocando la deshidratación de la piel. Afortunadamente hay formas naturales de mantener y aumentar unos niveles óptimos de colágeno en el cuerpo. Por ejemplo consumiendo alimentos como las carnes magras, el huevo o el pescado. Pero también a través de suplementos alimenticios. Este tipo de colágeno combinado con el oro líquido que es el aceite de oliva ofrece una sinergia única que nutre la piel en profundidad.
Tres formas de combinar el colágeno y el aceite de oliva para conseguir una piel firme
Cada vez son más las personas que optan por preparar sus propias cremas y «pócimas» antiedad. Esto tiene una ventaja frente a las que se venden en el mercado: son naturales, no incorporan sustancias químicas que pueden ser perjudiciales y además son mucho más económicas. Además al igual que la mayoría de los productos beauty incorporan colágeno y nosotros podemos incorporar igualmente en nuestros propias cremas caseras. Veamos tres formas de combinar el colágeno y el aceite de oliva para conseguir una piel más firme y suave.
La primera forma de beneficiarnos de los grandes efectos del colágeno y el aceite de oliva es a través de un suero efecto lifting. Para ello mezclar en un recipiente un par de cazos de colágeno en polvo con unas gotas de aceite y mezclar bien. Después aplicarla sobre el rostro con movimiento circulares ascendentes. De esta forma estaremos aportando una hidratación profunda con antioxidantes esenciales.
La segunda forma es mediante una mascarilla de noche nutritiva. En este caso necesitamos dos cucharadas de aceite de oliva fusionadas con una de colágeno puro y una cucharada de miel natural. Al igual que la anterior mezclamos bien y lo aplicamos sobre el rostro, dejamos actuar durante toda la noche. Esto aportará a tu rostro un extra de hidratación mientras duermes.
La tercera y última forma es a través de aceite corporal mezclado con colágeno. Prepara una infusión mezclando colágeno en polvo, unas gotas de aceite de oliva y también de tu aceite esencial favorito. Aplícalo por todo el cuerpo sobre la piel limpia, preferiblemente después de la ducha. Con esta mezcla conseguiremos una piel mucho más firme y suave.