Sevilla destaca no solo por su belleza sino también por el olor característico que desprende la flor de los naranjos: el azahar
Sevilla se colocó en el centro de todas las miradas después de la Gala de los Grammy Latinos que se celebró en la capital andaluza el pasado año. Ha sido la primera vez que la academia decidió sacar la gala al exterior, lejos del continente americano, y la ciudad hispalense fue la elegida.
Con anterioridad Sevilla ya disfrutaba de una gran fama a nivel internacional y es visitada por turistas de todo el mundo. La belleza de sus monumentos y calles hacen que muchos crean que pueden estar ante la ciudad más bonita del mundo. Los propios sevillanos así lo afirman.
Pero el atractivo visual no es solo uno de los encantos de la ciudad. El olor característico que invade sus calles es otra de las huellas que quedan marcadas en el viajero que pasea por sus rincones. Ese olor tan característico y único proviene de la cantidad de naranjos que hay por toda la ciudad, pero sobre todo por el casco histórico donde se concentran la gran cantidad de los turistas. Sevilla huele a naranjos y azahar cuando llega la primavera. Es una aroma suave e intenso a la vez.
La naranja amarga sirve para diferentes fines
Una vez que se cae la flor y aparece el fruto, la naranja, estás no se pueden comer. Se trata de naranjas amargas que además están expuestas a la contaminación. Pero a estas naranjas sí se les saca beneficio, aunque no sea para la ingesta directa, y en muchos casos son sorprendentes sus paraderos. Una gran cantidad de ellas va a parar a la formación de parte del alimento del ganado caprino.
Estas naranjas también sirven para generar electricidad gracias al gas que se consigue extraer. Estamos hablando de que con 1.000 kilos de naranjas se puede generar electricidad para cinco viviendas en una sola jornada. Por ello una gran cantidad va a parar a la planta EDAR de la empresa Emasesa.
También, y después de un tratamiento, una gran partida va destinada a la fabricación de mermeladas, infusiones y productos cosméticos y aceites. No podemos olvidad que este cítrico tiene grandes beneficios antiinflamatorios, antisépticos y bactericidas.
Además, una partida de naranjas que son muy especiales, aquellas que se recogen en el Real Alcázar, de los naranjos que allí habitan, se mandan a la casa británica en una tradición que se instauró hace siglos y que en los últimos años se ha recobrado nuevamente. Con ellas se fabrica mermelada amarga, y se le hacen llegar a través del Embajador del Reino Unido en España.
