Aunque no lo parezca, hay una forma adecuada de cortar el pan de forma segura. Te enseñamos a ponerla en práctica
En dieta.com no solo damos los mejores consejos para que sigas una dieta saludable e incorpores a tu vida unas rutinas de ejercicio óptimas. También respondemos a interrogantes que, de no ser por nosotros, tal aún rondarían en tu cabeza. O puede que sean incógnitas que tu jamás te has detenido a preguntarte. Una de ellas es el pan, ese alimento que consumimos todos los días y que es tan habitual en nuestra rutina que nunca nos hemos parado a reflexionar sobre él.
Uno de los interrogantes a los que proporcionaremos una respuesta satisfactoria en el día de hoy es la forma adecuada para cortar el pan. Puede que ya hayamos automatizado el procedimiento y que lo repitamos día tras día como robots, pero existe una forma correcta para hacerlo y será la que desentrañaremos hoy.
El motivo por el que analizamos esta cuestión se explica por sí solo. Imagine el lector que se encuentra en esa fase en la que una persona muy especial pinta de azul sus días grises. Respira por ella, vive para ella y, sobre todo, sería capaz de arrastrarse por los suelos del Infierno si dicha persona se lo pidiera. Puede que se halle en esa fase en la que sería capaz de hacer literalmente cualquier cosa por tratar de impresionarla. Y es bien sabido que a la gente se la conquista por el estómago.
Invítala a tu casa y prepárale algo rico, puede que ese plato casero cuya receta tan solo reservas para las ocasiones realmente únicas y acompáñalo de una buena barra de pan. ¿Lo tienes? Pues ahora corta la barra de pan delante de la persona en cuestión. Eso sí, asegúrate de seguir los pasos que te damos a continuación.
El procedimiento
En primer lugar, debes cerciorarte de que tienes en casa un cuchillo especial para cortar el pan, esto es, uno que tenga dientes de sierra grandes. Con un cuchillo normal seguramente te cueste más trabajo y, al aplicar más fuerza, la técnica puede descontrolarse y acabar convirtiéndose en un feo corte en la mano.
Ahora dale la vuelta al pan de forma que la parte inferior quede arriba y comienza a deslizar el cuchillo. Una vez superes este tramo, el resto será relativamente fácil pues el cuchillo resbalará y el corte quedará perfecto, sin haber desperdiciado una sola miga.
