El pescado blanco y el pescado azul no son lo mismo. Estas son las características de cada uno y las diferencias que existen entre los dos
El pescado es una de las bases de la pirámide alimenticia de la humanidad desde sus inicios. Y es que los homínidos que desarrollaron sus primeros años de vida cerca de la costa aprendieron antes que nadie a ver en las aguas que les rodeaban una fuente de sustento única. Tan solo debían aguardar pacientemente y agudizar el oído, dispuestos a abalanzarse sobre toda criatura que chapoteara, sobre cualquier movimiento en las ondas del mar.
Entonces, empuñaban sus rudimentarios arpones, tiraban de su primitivo sedal, retiraban al pez de su tosco anzuelo, lo ensartaban con un palo y lo colocaban justo encima de un fuego improvisado para que pudiera dorarse, asarse y, en definitiva, ser apto para el consumo sin que este produjera la intoxicación. Hoy en día, el consumo de pescado o directamente su inclusión en la dieta habitual depende de la proximidad de la persona en cuestión de una zona litoral.
Por lo general, en estas zonas, el pescado fresco, como es de suponer, abunda y su precio es mucho más barato que en lugares de interior. Si, por el contrario, vivimos en un lugar lejano a la playa, lo habitual es que el pescado fresco sea mucho más caro por el proceso de transporte y logística al que ha de ser sometido para penetrar en el interior de un país. Dado el elevado precio que suele alcanzar en los supermercados, muchas veces se tiende a consumir productos congelados y de mala calidad. Por tanto, conviene saber las diferencias entre el pescado blanco y el azul para evitar que nos engañen y escoger los productos que más se adecuén a nuestras necesidades de salud.
Las diferencias
El pescado blanco está conformado por el rape, la merluza, el rodaballo o el bacalao y se caracteriza principalmente por su bajo contenido graso, por lo que es ideal para incluirlo en las dietas de pérdida de peso, aunque, eso sí, su sabor tiende a ser algo insulso si no se acompaña de una guarnición adecuada.
Por el contrario, el pescado azul engloba anchoas, atunes, sardinas o salmón y se caracteriza por un aporte calórico mayor que se compensa con una importante dosis de omega 3, que reduce la presión arterial y favorece la circulación sanguínea. Su sabor suele ser más fuerte y más distintivo que el del pescado blanco.