Cómo lograr que la pechuga de pollo quede muy jugosa

Te aconsejamos en este artículo cómo hacer una pechuga de pollo muy jugosa y aprovechar así las proteínas de esta carne.

Seguramente has oído o eres de los que piensan que comer una pechuga de pollo al horno puede ser aburrido o bastante seco, con falta de sabor. En este artículo, te haremos cambiar de opinión radicalmente porque te aconsejaremos cómo realizar esa misma pechuga de pollo y que te quede muy jugosa, de la que cual te enamorarás y repetirás varias veces más en tu cocina.

Pechuga de pollo muy jugosa
La pechuga de pollo tiene muchos nutrientes para incorporar a tu dieta (Fuente Canva) dieta.com

Encima, la carne del pollo presenta una gran ventaja: es nutritiva y saludable porque tiene muy poca grasa. Es decir, es recomendable que la incorpores a tu dieta particular. Según la Federación Española de Nutrición, la FEN, la carne de pollo está compuesta mayoritariamente por agua, llegando casi al 70% aproximadamente. Por otra parte, tiene un escaso contenido en sal, apenas 81 mg de sodio por 100 gramos de producto. Y presenta proteínas ricas para cada organismo, gracias a su contenido en aminoácidos esenciales.

La receta para realizar una pechuga de pollo muy jugosa

Para llevar a cabo la receta que te presentamos aquí, necesitarás aproximadamente 55 minutos. Primero, como siempre, anotamos los ingredientes. Nosotros calculamos raciones para cuatro personas: cuatro pechugas de pollo, un litro de agua tibia, tres cucharadas de sal, aceite de oliva virgen extra, zumo de limón, mostaza, pimienta negra molida, pimentón dulce, pimentón picante, comino molido y ajo en polvo. Si ya tenemos todo, es hora de empezar nuestro querido plato…

La receta para una pechuga de pollo
Necesitarás 55 minutos para elaborar un plato muy exquisito y saludable (Fuente Canva) dieta.com

El primer paso es básico e importante: limpiar bien las pechugas, quitando la grasa y los tendones. Recomendamos secarlas luego con papel de cocina, así nos aseguramos de que no queden restos.

El segundo paso es también bastante sencillo: debemos disolver la sal en agua tibia dentro de un recipiente. Después, metemos allí las pechugas. Y las dejamos reposar en salmuera durante media hora.

El tercer paso, luego de los 30 minutos, es retirar las pechugas, las secamos y las metemos en una fuente de horno. Acto seguido, los rociamos apenas con aceite de oliva extra virgen, sumamos el zumo de limón, la mostaza, el pimentón, el ajo, una pizca de pimienta negra y el comino en polvo. Intentamos frotar las pechugas para que queden bien cubiertas con todos los condimentos.

El cuarto y último paso es meter las pechugas en el horno, que debe estar precalentado a 200 grados. Cocinamos durante 25 minutos. A los 15 minutos, damos vuelta las pechugas. Y listo. A comer se ha dicho…

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